Debido a que seguimos inmersos en los problemas de la seguridad y soberanía alimentaria, queremos rescatar algunos puntos de vista de algunos investigadores de los países andinos que pueden ayudarnos a buscar soluciones para los países andinos y el impacto que está causando la elevación de precios de los alimentos de primera necesidad. Debemos mencionar a Patricia Vaca, de la Asociación de Instituciones de Promoción y Educación (AIPE) de Bolivia, quien manifiesta “el problema central es definir el impacto de estos factores – elevación de los precios – en las economías de la región y particularmente en las economías andinas, lo que se mide de forma concreta en políticas específicas a adoptar, los distintos gobiernos han ido ejecutando en la práctica medidas políticas frente a hechos concretos (creciente inflación y desabastecimiento de algunos productos alimenticios). Según los documentos considerados, una medida común ha sido la aplicación de prohibiciones a las exportaciones, también se ha hecho en Bolivia (tenemos 8 decretos al respecto). Si bien esto implica en el largo plazo la disminución de la oferta en el mercado mundial con los consiguientes efectos en los precios (hacia el alza), este hecho nos remite a una discusión de fondo, en torno a las posibilidades de los gobiernos tras la aplicación ortodoxa de un modelo neoliberal por más de 20 años, y aquí la reflexiones son válidas también para las economías andinas, que es distintos grados han sufrido el impacto de la apertura comercial sobre la producción agrícola y sobre los pequeños productores o sus economías campesinas y que en el plano de la política agraria han significado una reducción del rol del Estado a garante de condiciones para el desarrollo del agro hacia la exportación “exportar o morir”. Por ello, no es de extrañar que ahora se sugiera la necesidad de políticas que garanticen el acceso a la tierra, el agua, que haya inversión en investigación y desarrollo, etc. Asimismo, se habla de rescatar la preponderancia de la discusión de la seguridad alimentaria, pero como se puede pedir todo esto cuando durante todo este tiempo la mirada prioritaria ha estado orientada hacia el mercado externo”
Esto nos lleva a repensar sobre el rol del Estado en el nuevo contexto que atraviesa la región, es decir que tipo de Estado se quiere frente a una situación de crisis alimentaria. Se menciona un Estado (o gobierno?) que destine mayor inversión pública en el sector, que cree redes de protección social, que evite la promoción de políticas de desarrollo de biocombustibles, etc., ¿será esto suficiente? ¿será posible hacer esto en presencia de reglas de juego liberalizadoras? o es ¿que es hora de repensar sobre las bases sobre las cuales la política económica y la agraria en particular, han ido transitando?
Muchas de las propuestas, le asignan un rol central a la Cooperación Internacional, y los mecanismos por lo que debería operar, si bien esta es una solución evidente, es importante resaltar la necesaria mirada crítica y cautelosa que deben tener los países en desarrollo sobre lo que quieren los países industrializados, como la aprobación de las medidas de la Ronda de Doha para la agricultura?. Aquí es importante analizar cuantas de las disposiciones de la Ronda de Doha afectan al tema de los importantes subsidios agrícola de USA y Europa, la posibilidad de que exista un acceso real a mercados por parte de los países en desarrollo, la posibilidad de contar con instrumentos de defensa comercial para los países en desarrollo, etc.
Finalmente, habría que medir cuáles son las posibilidades de las economías andinas para actuar frente al negativo impacto de los mercados de futuros, de los commodities, y cómo se ha ido manejando el tema de inventario de cereales en las economías andinas. Se sabe que el Brasil cuenta con este tipo de previsiones, pero en el caso de la CAN, existe esto o más bien esa podría ser una sugerencia de política comunitaria; es decir, la creación de un inventario de granos dentro de la región como mecanismo formal dentro de la CAN, más aún si se prevé que en el futuro la situación alimentaria será altamente frágil, con precios crecientes”.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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