domingo, 7 de diciembre de 2008

Humedales y cambio climático

Fuente: IPS

Para evitar el peor escenario previsto por el cambio climático, deberían apuntalarse los humedales existentes y crearse otros nuevos, dada la capacidad de captura de carbono de estos ecosistemas. El asunto es motivo de análisis en la Octava Conferencia Internacional sobre Pantanos de Intecol en Cuiabá, capital del occidental estado brasileño de Mato Grosso.

Los humedales son extensiones de marismas, pantanos turberas o superficies cubiertas de agua, sean éstas estancadas, corrientes, dulces, salobres; comprendiendo también las zonas de bordes fluviales o de costas adyacentes al humedal, así como las islas o las extensiones de agua marina que se encuentran dentro del mismo.

Esta definición tal vez no haga evidente la importancia de los humedales para el sistema medioambiental, importancia que ha hecho que se los conozca también como “los riñones del planeta” gracias a su cualidad de realizar los procesos naturales de filtración, renovando el agua que discurre bajo tierra y convirtiendo el líquido en apto para el consumo humano.

Los humedales también regulan los caudales de los ríos haciendo que el agua fluya más lentamente en la temporada de lluvias, evitando las riadas e inundaciones durante la misma y la sequía en las temporadas secas. Por otra parte una gran parte de la alimentación mundial depende de los humedales ya que son el hábitat natural de muchos cultivos y de uno de los principales cereales, el arroz. Los pastizales aluviales son asimismo la principal fuente de comida de buena parte del ganado bovino y la mayoría de los peces que utilizamos como alimento dependen en algún momento de los humedales como parte de su ciclo vital. Muchas especies raras tienen como único hábitat natural los humedales, siendo indispensables para la variedad de la fauna y flora mundial. También son esenciales para algunas economías como centros de atracción para el turismo ecológico o como fuente de materia prima para la elaboración de papel o de artículos de cestería. Los humedales tienen además efectos microclimáticos y macroclimáticos beneficiosos. La evapotranspiración de los humedales mantiene los niveles locales de humedad y de precipitaciones pluviales.

Se ha estimado que aproximadamente 8.600.000 km2 (en torno al 6,4% de la superficie terrestre del mundo), extensión algo mayor que la de Europa, están cubiertos por humedales. Hay humedales en todos los continentes, excepto en el Antártico, y en todos los climas, desde los trópicos a la tundra, pero se calcula que desde 1990 y con la excusa de rehabilitar esta clase de terrenos para otros usos se han destruido cerca de la mitad de los humedales mundiales, sumando un nuevo riesgo a los muchos que el accionar humano está produciendo sobre el ecosistema del planeta.

Desde 1971 la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, un tratado intergubernamental firmado en Ramsar (Iran), ofrece un marco para la acción local y la cooperación internacional en la conservación y uso racional de los humedales y sus recursos. Más de 100 países se han adherido a la misma, ayudando a confeccionar una lista de cerca de 900 humedales protegidos por la Convención, lista en continuo crecimiento gracias al accionar de las organizaciones ecologistas y al interés de algunos ministerios del medioambiente.

La 8a. Reunión de la Conferencia de las Partes Contratantes en la Convención de Ramsar se realizó en Valencia, España, del 18 al 26 de noviembre de 2002, durante la misma se realizó una conferencia de ONG y comunidades locales denunciando el incumplimiento general de las Partes de las recomendaciones y resoluciones adoptadas en anteriores conferencias y exigiendo un control más estricto de las mismas, dándole particular énfasis a la amenaza que suponen para los humedales la cada vez más frecuente construcción de grandes embalses y la intensificación de sistemas agropecuarios insostenibles relacionados con estos ecosistemas.

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