martes, 31 de marzo de 2009

¡Que las grandes corporaciones saquen sus interesadas e imprudentes manos de la ciencia, sus programas de investigación y sus aplicaciones!

Autor | Salvador López Arnal | Idioma | Español | Pais | Internacional | Publicado | 5 marzo 2009 12:23

"En los años 70, miles de obreros agrícolas, de campesinos, que trabajaban en las fincas plataneras de más de diez países empobrecidos centroamericanos, se vieron expuestos a los efectos de un peligroso producto químico denominado DBCP, el Dibromo cloropropano, un producto que combatía una plaga –nemátodos- que afectaba a muchos cultivos. Desde las mismas pruebas de laboratorio se detectaron sus efectos tóxicos, pero aún así se aprobó en Estados Unidos y las transnacionales lo fabricaron y lo fumigaron."

PRESENTACIÓN EN BARCELONA DE EL PARQUE DE LAS HAMACAS DE VICENT BOIX BORNAY. 5 DE MARZO DE 2009, 19: 30. LIBRERÍA ALTAIR

Bona tarda. Quería agradecer, en primer, lugar la invitación de Vicent para que le acompañe en la presentación de su libro en Barcelona. Es todo un honor, ciertamente inmerecido. Igualmente, quería agradecer su presencia aquí esta tarde. Muchas gracias.

Déjeme que empiece por una noticia que les alegrará y hará feliz a Vicent también. La Comisión Europea tenía la intención de obligar a Austria y a Hungría a levantar el veto que pesa en esos dos países sobre dos tipos de maíz transgénico, el MON810 y el T25, diseñados por Monsanto y Bayer. Sólo Finlandia, Reino Unido y los Países Bajos votaron favor de la Comisión. Los ministros de Medio Ambiente de los 27 decidieron el 2 de marzo de 2009, este lunes pasado, rechazar una propuesta tan poco razonable, tan poco prudente, tan autoritaria. Por lo demás, Grecia también tiene vetado el maíz MON810 y Francia hizo lo propio el año pasado. España, como es sabido, permite el cultivo de maíz transgénico en su territorio y está a la cabeza de la UE en su producción, curiosamente uno de los pocos sectores productivos en los que figura en una posición tan destacada.

Desearía dividir mi intervención –mi breve intervención- en dos apartados. En la primera parte, expondré un sucinto decálogo argumentativo a favor de la lectura del libro que presentamos; en la segunda, con algo más de detalle, me situaré en los alrededores del libro de Vicent para discutir la que creo tesis política central derivada de su estudio, de su documentada investigación: la ciudadanía debe hacer todo lo que esté a su alcance, y es mucho, para impedir que las grandes corporaciones, e instituciones afines no menos poderosas, depositen sus interesadas y, en ocasiones, sucias y nada inocentes manos sobre la labor científica, sobre sus programas de investigación, sobre las aplicaciones tecnológicas, sobre sus mismos desarrollos e incluso sobre sus contrastaciones y resultados. Si el complejo militar-industrial es un monstruo que hemos combatido y combatimos, el complejo ciencia-tecnología-grandes corporaciones (y Estados y gobiernos afines) no es un entramado menos peligroso.

Empecemos con el decálogo al que me refería:

La editorial Icaria ha publicado un libro muy valioso fruto de años de trabajo no sólo teórico. Su autor es un activista social castellonense, Vicent Boix Bornay, que desde que en 2001 viajó por primera vez a Nicaragua ha seguido muy de cerca los efectos, los negativos efectos en frecuentes ocasiones, de los productos químicos utilizados para la producción agrícola frutal en la región centroamericana. Esta combinación de trabajo teórico y compromiso social, esa praxeológica síntesis de investigación y acción sociopolítica, esa pasión razonada que subyace a su estudio, ese clamor contra la injusticia, es una primera razón para recomendar su lectura.

La segunda tiene que ver con su título, con el título de El parque de las hamacas: El químico que golpeó a los pobres, con la misma proposición que acabo de leerles. No les diré que esté a la altura de Crónica de una muerte anunciada, de Crimen y castigo o de La realidad y el deseo, pero no anda muy lejos: es un hermoso título para un magnifico estudio. Sabemos que el nombre de la rosa no es la rosa pero también creemos que “rosa” es un hermoso símbolo, aunque sea por afortunada convención, para hablar de la rosa.

Por lo demás, el parque en cuestión, el de este hermoso título, es un parque ubicado frente a la Asamblea Nacional de Nicaragua. Años atrás, los afectados por el agroquímico, iniciaron unas marchas de protesta desde sus hogares, ubicados mayoritariamente en el departamento de Chinandega, a unos 150 kilómetros de la capital, marcha que les condujo a Managua. Esa plaza fue su lugar de encuentro, allí colocaron sus changas y sus hamacas. El título, que es un homenaje a todos estos luchadores, refiere, en palabras del propio autor, “a un lugar donde confluye la tragedia del pasado, la lucha del presente y la esperanza del futuro”.

Está, en tercer lugar, la infame historia narrada, otro pasaje más de la historia universal de la infamia, que El parque de las hamacas nos cuenta con todo lujo de detalles. En los años 70, miles de obreros agrícolas, de campesinos, que trabajaban en las fincas plataneras de más de diez países empobrecidos centroamericanos, se vieron expuestos a los efectos de un peligroso producto químico denominado DBCP, el Dibromo cloropropano, un producto que combatía una plaga –nemátodos- que afectaba a muchos cultivos. Desde las mismas pruebas de laboratorio se detectaron sus efectos tóxicos, pero aún así se aprobó en Estados Unidos y las transnacionales lo fabricaron y lo fumigaron. Por eso es correcto hablar de una tragedia anunciada, si bien silenciada. El producto fue empleado fundamentalmente en el cultivo de bananos y, por regla general, los trabajadores que laboraban en las bananeras eran de escasísimos recursos económicos y sometidos a condiciones laborales penosas.

Como les decía, sus creadores ya conocían sus riesgos tóxicos desde las mismas pruebas de laboratorio. A pesar de ello, se usó durante unos veinte años sin informar y sin proporcionar equipos de protección individual a los trabajadores. En la actualidad, miles de personas afectadas por este producto protagonizan litigios en USA, Nicaragua, Panamá, etc. En los últimos años, algunos campesinos han obtenido sentencias favorables en Nicaragua y el 7 de noviembre de 2007 –observen: 7 de noviembre de 2007, 90 años después del triunfo de la revolución bolchevique- dos multinacionales eren condenadas por un tribunal de Los Ángeles a pagar 3 millones de dólares a seis trabajadores afectados.

La cuarta razón es simple, necesaria, pero decisiva: El parque de las hamacas rebosa de documentación. Es un libro de historia, de historia reciente, donde todo está documentado, donde nada se dice sin razones y sin papeles. Hay rabia en sus páginas, hay gritos contra la injusticia, pero hay, como no podía ser de otro modo, justificación de las afirmaciones, escritos, referencias, documentos que ilustran con detalle todos los nudos de este trágico y criminal entramado.

El libro, por otra parte, esta sería la quinta razón, nos alerta sobre problemas afines. Hay muchos agroquímicos peligrosos que se utilizan en muchos países. En algunos de estos países se prohíbe y en otros se aplican. Pocas veces se unen los afectados para emprender acciones de diversa índole. En la misma Nicaragua existe un caso similar: los afectados de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) de los ingenios de azúcar de la familia Pellas. Aquí, en este caso que Vicent también cuenta, se contabilizan más de 2.000 muertos y, aunque no se sabe con seguridad, los afectados relacionan la IRC con los productos químicos que utilizan en las fincas de caña.

El libro, esta sería la sexta razón, apuesta también por una vindicación que cada día tiene mayor alcance y mayor importancia: la soberanía alimentaria, una agricultura que sea respetuosa con el medio ambiente, que dé vida al campo, que genere trabajo e ilusión, que esté en manos de los agricultores y, cito al autor, “que no sacrifique la producción de alimentos en favor de biocombustibles, forraje y otros cultivos para la exportación”. Una agricultura, en definitiva, que no esté dominada ni manoseada por especuladores, terratenientes, cadenas de distribución, inversionistas sin escrúpulos y trasnacionales sólo atentas a la cuenta de resultados.

El parque de las hamacas es un libro crítico contra los usos de ciertas técnicas de base científica, pero no es un libro alejado de la ciencia, contrario a la ciencia, así en general, o que brinde por algún sendero que cultive el irracionalismo anticientífico. El autor, y esta es una magnífica séptima razón, lo ha dicho con envidiable claridad cartesiana:

La ciencia ha logrado y logrará avances vitales, de utilidad pública y sostenibles. Nunca de la que trabaja por y para el capital, con el objetivo de obtener grandes réditos para éste sin tener en cuenta otros factores.

La octava razón es, si quieren, más literaria, menos política. No digo que El parque de las hamacas se pueda leer en un parque, mientras cuidamos a nuestros mayores, a nuestros niños o a personas que no demandan una atención especial, o tomamos el aire o descansamos (recuerden: Elogio de la pereza), pero es un libro de agradable lectura y esto no es una ninguna cima que sea fácil de conseguir, no es ninguna virtud que nos sea graciosamente concedida.

La novena razón es más personal, más de generación, la mía en esta caso. Nicaragua está muy presente en este parque, como no puede ser de otro modo, y Nicaragua, para muchos, éste que les habla por ejemplo, siempre está muy presente. La revolución sandinista, o el intento portugués o el chileno, fue la revolución de esa generación o una de nuestras revoluciones. Una revolución que logró combinar, hasta que le dejaron los criminales guerreros del neoliberalismo, socialismo, construcción del socialismo, y democracia de pobres y explotados que ansiaban ilustrarse. Pocas veces he aprendido tanto como cuando una tarde del mes de julio de 1985 fui a llevar a un campesino de Boaco un regalo que un amigo médico me había dado para él. La generosidad, la amabilidad, la grandeza, la solidaridad de aquel campesino rebelde y afable no la podré olvidar ni la olvidaré nunca. El olvido no residirá en este ámbito. Como tampoco lo hará en el comportamiento de aquellos médicos cubanos internacionalistas que en condiciones nada fáciles, incomprendidos en muchos casos, daban años de su juventud en la defensa de la salud pública de aquel pueblo tan heroico, tan castigado y tan manipulado a un tiempo. Y no en lugares privilegiados, barrios de la capital o lugares tranquilos, sino en el norte del país, donde la contra campaba a sus anchas.

La décima razón nos relaciona con el tema complementario que quería comentarles. Los avances científicos son y han sido muy importantes para las sociedades humanas. El problema, como ha señalado Vicent, es que la ciencia, crecientemente, está en manos privadas (o depende financieramente de esas fuentes) y muchas tecnologías se dirigen a perpetuar modelos que benefician económicamente a unos pocos.

El caso que nos ocupa así lo confirma. Uso información que nos brinda el autor: en pruebas de laboratorio internas de las multinacionales, fechadas en 1958, se mencionaban efectos negativos detectados en animales de laboratorio; en 1961 se edita el primer estudio en una revista científica, que fue firmado por algunos autores que realizaron los ensayos para las empresas químicas fabricantes (Shell y Dow Chemical). Este estudio fue controvertido porque las concentraciones máximas de exposición recomendadas por los científicos, con los años, resultaron ser muy altas y peligrosas para el humano. Tras una serie de cabildeos entre empresas y autoridades norteamericanas, el DBCP se aprobó en 1964. No obstante, en 1977 estalló el escándalo al descubrirse en USA que decenas de personas quedaron infértiles tras tener contacto con el agrotóxico en las factorías químicas. Entre el escándalo de 1977 y la prohibición total pasarían dos años, el producto químico se siguió utilizando mientras se realizaron más pruebas e investigaciones. En ese periodo, hasta 1979, algunas empresas químicas anunciaron el cese de la producción aunque seguirían vendiendo el stock, y otras, por el contrario, planearon seguir con la fabricación del producto. En cuanto a las transnacionales agroexportadoras, existe constancia de que al menos Dole Food siguió estando demasiado interesada en el DBCP después del escándalo de 1977 e incluso lo siguió fumigando en países del sur. Aún hoy se aplican productos químicos en ciertos lugares, mientras están prohibidos en sus países de fabricación. Los intereses económicos de algunos siguen estando, pues, en el puesto de mando. Ni que decir tiene que El parque de las hamacas denuncia con nitidez esta inadmisible derivada político-económica.

Veamos, pues, si les parece, el segundo asunto del que quería hablarles, tema que como les decía planea alrededor del ensayo de Vicent, casi desde la primera pagina. Es éste: el poder que ejercen las grandes corporaciones e instituciones afines (y no tan afines) sobre la ciencia, sus investigaciones y resultados.

Los cuatro valores que definían la actividad del científico según el gran sociólogo Robert K. Merton eran los de universalidad, comunidad de los conocimientos, escepticismo organizado y desinterés. Manuel Sacristán, en un artículo sobre “Karl Marx como sociólogo de la ciencia”, ya apuntó que:

Prescindiendo de los dos primeros, que son de aceptación obvia en principio (aunque la militarización de la ciencia, con su natural consecuencia de secreto, esté reduciendo el segundo criterio a mera hipocresía), se recordará que el escepticismo organizado -en la forma radical de la exhortación baconiana De Omnibus dubitandum- era el lema favorito de Marx; y que el “interés desinteresado” era en su opinión el valor definitorio de la ciencia, la adhesión al cual le llevó a escribir: “a un hombre que intenta acomodar la ciencia a un punto de vista que no provenga de ella misma (por errada que pueda estar la ciencia), sino de fuera, un punto de vista ajeno a ella, tomado de intereses ajenos a ella, a ese hombre le llamo canalla (gemein).1

Hoy no es sólo la militarización de la ciencia. El creciente, interesado y decisivo papel de las grandes multinacionales está poniendo ya en el candelero la universalidad de los conocimientos científicos, la comunidad sin restricciones de esos conocimientos, el escepticismo organizado sinceramente asumido como metodología de trabajo en la investigación y comprobación de resultados y, desde luego, el desinterés, la perspectiva no sesgada del trabajo científico . Es decir, sin excepción, todos los valores ético-epistémicos que según Merton caracterizaban y debían caracterizar el hacer de los científicos, las señas de identidad de la ciencia contemporánea.

Pondré algunos ejemplos de esta peligrosa situación e indicaré brevemente la importancia de sus derivadas sociales y políticas.

Según Sally Hopewell, del centro de Colaboración Cochrane en el Reino Unido, una organización internacional que vela por asegurar la información actualizada y rigurosa sobre los efectos de las intervenciones sanitarias, la publicación de los resultados de los ensayos clínicos a los que se someten los tratamientos en fase experimental, esencial para que los responsables sanitarios cuenten con toda la información necesaria a la hora de tomar medidas como la autorización de nuevas terapias, es la siguiente: un elevado número de los estudios con resultados negativos nunca llega a ver la luz en una publicación científica: sólo el 41% de los ensayos clínicos cuyos resultados son negativos o nulos se acaban publicando (menos de la mitad, por tanto), frente al 73% de los estudios con resultados positivos importantes.

Por otra parte, un estudio de cinco grandes publicaciones y más de 5.000 referencias científicas desde la década de los ‘80, ha descubierto que, además, los estudios negativos tardan más en publicarse: los que obtienen buenos resultados, los positivos, tardan de promedio entre cuatro o cinco años, mientras que los negativos no suelen llegar a la comunidad científica hasta incluso ocho años después de su realización.

¿Por qué? Cuando los resultados no son los esperados, muchos investigadores creen que no son suficientemente interesantes o que hacen faltan más estudios. Tal vez, pero es posible aventurar alguna hipótesis más: presiones de los laboratorios afectados, trabas para la publicación de estos estudios no confirmatorios, compromisos firmados con empresas patrocinadoras con la obligación de retrasar la publicación de la investigación, compras en algunos casos si alguien está dispuesto a vender o venderse. Etc.

La cuestión, desde una perspectiva de política de la ciencia y de salud publica, es la siguiente: ¿cómo pueden tomar decisiones documentadas las personas responsables sobre los efectos de los fármacos en la salud de la ciudadanía? ¿Pueden examinar realmente la evidencia científica disponible de un modo responsable y honesto?

Mi segundo ejemplo. DSM-IV-TR: Mental Disorders. Diagnosis, Etiology & Treatment, editado por Michael B. First y Allan Tasman es el Manuel Diagnóstico y Estadístico de Transtornos Mentales por excelencia, la herramienta más utilizada para definir el estado de una persona con síntomas psiquiátricos. Está avalado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) y está traducido a más de veinte idiomas. Pero según el New York Times, nada sospecho de bolchevismo revolucionario o de evismo-chavismo-castrismo-correísmo, podría no ser independiente de la industria farmacéutica.

A finales de 2008 el diario neoyorquino publicó que más de la mitad de los 28 especialistas encargados de preparar su próxima edición, prevista para 2012, mantiene algún lazo con empresas farmacéuticas. Así lo ha difundido la web “Integridad en la Ciencia”, un proyecto de ciudadanos usamericanos que han fundado el Centro para la Ciencia de Interés Público. Su fuente, la fuente de su sospecha, es la propia APA, que ha hecho públicas las finanzas de los revisores del nuevo DSM con todo detalle.

Ya en 2006, investigadores de la Universidad de Tufts, denunciaron que el 56% de los encargados de revisar el DSM habían tenido al menos un nexo monetario con un laboratorio entre 1998 y 2004. Además, por si la situación no fuera ya de alta tensión, el porcentaje era mayor en los expertos que trabajaban en enfermedades mentales más graves como la esquizofrenia por ejemplo.

Concretamente, según el NYT, uno de los psiquiatras firmantes había ejercido de consultor de 13 –insisto trece- laboratorios diferentes en los últimos cinco años (entre ellos, algunos de tanto poder como Wyeth y Pfizer). Según criterio acordado por la propia APA, el importe anual máximo que los psiquiatras pueden recibir de esta fuente es de unos 10.000 dólares.

La presidenta del APA, Carolyn B. Robinowitz ha manifestado su buena voluntad: “Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para asegurar que el DSM-V estará basado en la mejor y más actual investigación científica, así como para eliminar cualquier conflicto de intereses en su desarrollo”. Es deseable que sea así, es loable que ese sea su objetivo. Sin embargo, no ha podido asegurar que sus justas finalidades fueran alcanzadas siempre.

Mi tercer ejemplo. Esta vez viajo hacia Asia y les hablo de basura electrónica. ¿Saben ustedes qué porcentaje de los restos de los PC y de los móviles del mundo, digamos desarrollado, termina en Nueva Delhi? El 25%. Niños, adolescentes, hombres, algunas mujeres, se sientan a las afueras de pequeñas habitaciones con cacharros electrónicos apilados en su interior y se dedican a separar, sin protección alguna, los componentes que pueden reutilizarse. Por ejemplo, el cobre, el plomo, el plástico o el oro de productos viejos. Ganan 100 rupias por día (un euro y medio). Los residuos electrónicos contienen sustancias tóxicas como el plomo, mercurio o cadmio. A menudo se producen quemaduras por el ácido que se utiliza para extraer el cobre u oros minerales.

Se calcula que trabajan actualmente 30.000 personas en Delhi en estos vertederos de basura electrónica; 6.000, el 20%, son niños y niñas entre 10 y 15 años.

De hecho, el 70% de la basura electrónica del mundo desarrollado va a parar a Asia: a India, China, Pakistán y Bangladesh. ¿Saben la razón? Se la imaginan: reciclar un ordenador en Estados Unidos cuesta 14 euros, con salarios a la baja; reciclar el mismo ordenador en India cuesta 1,4 euros. La consigna, toma el dinero y corre; el cálculo egoísta en las heladas aguas del beneficio impío, hacen el resto.

No olvidemos, por lo demás, que según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente cada año se generan en el mundo 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, que están creciendo, además, a una tasa anual de entre el 3 y el 5%

Viajamos de nuevo a Nueva York. Allí una organización tan respetable, y si me apuran necesaria, como la ONU edulcoró su último informe de abril de 2007 sobre calentamiento. Estados Unidos, China, Rusia y Arabia Saudí vetaron la inclusión de un diagrama –conocido como burning embers, brasas ardientes- en el dossier sobre el cambio climático presentado en 2007, mientras que Reino Unido, Bélgica y Alemania, y otros países europeos, sin éxito, pelearon por incluirlo. Los autores del gráfico lo han publicado recientemente, en la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, para reivindicar su validez científica.

El gráfico muestra mediante un sencillo gradiente de color el riesgo de perder ecosistemas únicos, el incremento de eventos meteorológicos extremos (sequías, inundaciones) e incluso el impacto en la vidas humanas del calentamiento.

Los principales emisores de CO2 tacharon el croquis, el esquema, de “meramente opinativo”, pero en cambio no se opusieron a la inclusión de un texto que apuntaba las mismas consideraciones; la palabras, en este caso, eran menos poderosas que las imágenes.

Las credenciales de los padres del gráfico no parecen peligrosas. Quince autores, quince científico pertenecientes al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Entre ellos, reputados científicos de Princeton y Stanford (Steven Schneider, de esta última Universidad, el principal crítico de los gobiernos opositores), de la OCDE, de la Universidad de Toronto del Instituto de Postdam para la investigación de las consecuencias del cambio climático en Alemania

(Entre paréntesis: sobre toda esta temática permítanme una recomendación: el libro de Brian Martin, Confronting the Experts (Enfrentándose a los expertos)2. El libro incluye seis historias de individuos que cuestionaron y se enfrentaron a expertos en varias áreas y países para crear resistencia y cambios sociales. El ensayo incluye la historia de Sharon Beder, que cuestionó y denunció la falta de credibilidad del tratamiento del agua potable en Sydney; la de Mark Diesendorf, que hizo una crítica científica y social del tema de la fluorización del agua; la de Edward Herman, que desenmascaró las mentiras y retórica de la perspectiva del establishment sobre el "terrorismo"; la de Harold Hillman, que cuestionó la validez de los métodos utilizados en biología subcelular; la de Michael Mallory y Gordon Moran que cuestionaron la interpretación ortodoxa de un cuadro famoso en Siena, Italia; y la de Dhirendra Sharma que se enfrentó a la industria nuclear de la India).

Otra información más para completar el cuadro por si resultara poco convicente.

Marie-Monique Robin, periodista especializada en agroalimentación ha sido entrevistada por Víctor-M. Amela para La Vanguardia3 en torno a su estudio sobre las actividades de Monsanto, el gigante de la industria Q agroquímica que domina el mercado mundial de la alimentación, a través de su dominio en el mercado mundial de semillas, modificándolas genéticamente y patentándolas (Recordemos que antes de 1992 no podían patentarse semillas, y Monsanto logró que Estados Unidos lo permitiese; hoy tienen ya 1.000 patentes).

¿Por qué España no veta el cultivo de transgénicos se le preguntó? Esta fue su respuesta:

No los ha publicado hasta la fecha aunque algún nombre puede intuirse; seguramente ustedes ya lo han intuido.

Por lo demás, éste el cuadro que presenta esta periodista científica: existe el llamado maíz Bt, iniciales de Bacillus thurigiensis, esa bacteria está en el suelo de forma natural y es insecticida. Si se usa en preparados pulverizados es eficaz y el sol la degrada pronto. Resulta inocua para el medio ambiente. Pero Monsanto ha tomado de la bacteria el gen que produce la toxina y lo han insertado en el genoma del maíz. De este modo, ese maíz queda blindado contra los insectos, pero a un coste peligroso: la toxina intoxica no sólo al piral, el insecto perjudicial para el maíz, sino también a los insectos predadores del piral (como la crisopa) y a mariposas, mariquitas, microorganismos del suelo, pájaros insectívoros... El maíz insecticida pasa a harinas, chips, tacos, cereales, sopas, tortas. ¿Por qué cada día hay más alergias? Son sobrerreacciones de nuestro organismo ante algo que no reconoce. Ese maíz, además, poliniza cultivos de maíz ordinario, contaminándolos, convirtiéndolos también en transgénicos, y existe la posibilidad, no es ninguna broma, de que extinga el maíz natural. Aunque no ingiriésemos ese maíz directamente no podríamos evitar su contagio: se lo dan como forraje a animales que luego comemos.

Por otra parte, el herbicida más vendido del mundo, que se llama Roundup, es también de Monsanto. Extermina toda la maleza, pero no es biodegradable, y es promotor de cánceres y perturbador endocrino. No sólo eso: están naciendo bebés con residuos de dioxinas en sus células. Las dioxinas son derivados de síntesis químicas de laboratorio y llegan a ellos por lo que comen sus madres. Para que la espiga de trigo produzca más grano, ha sido genéticamente modificada y protegida con ocho pesticidas y varias hormonas cuyos restos comemos en el pan. Hay cada vez más cánceres de mama y próstata, y el esperma pierde fertilidad. Marie-Monique Robin señala:

Otro caso más, este en nuestro país4. Los sindicatos ELA, LAB, ESK y CGT solicitarán una reunión con la Inspección de Trabajo y Osalan para que exijan a la dirección de Michelin en Vitoria que realice cuanto antes las analíticas especiales a los trabajadores que actualmente conforman la plantilla y que hayan estado expuestos a las fibras de amianto. Un colectivo difícil de determinar que podría superar las 4.000 personas en opinión de los sindicatos, ya que Osakidetza debería realizar controles médicos sobre aquellos ex trabajadores que hayan pasado por la fábrica desde 1965 (este año Michelin aparece en registros mercantiles como una compañía que compró amianto hasta 1985). Tras la denuncia del trabajador Francisco Martínez Díaz de Zugazua en septiembre de 2007, que solicitó una investigación después de 33 años en la fábrica y tras detectarle un mesotelioma (un tipo de cáncer asociado a la exposición al amianto), la Inspección de Trabajo ha emitido un informe en el que queda probado la existencia de amianto en las instalaciones y equipos de trabajo de Michelin que ha sido manipulado por diferente personal sin medidas de protección. Tal y como denuncian los sindicatos, Michelin no ha garantizado la salud de los trabajadores.

Me detengo, no quiere proseguir con esta exposición de horrores.

Sea como fuere, no me interpretan mal: no estoy defendiendo el alejamiento de la ciencia, el desprecio de la técnica, la mitificación del duro sudor de una frente sin instrumentos en sus manos, el cultivo del paisajes anticientíficos de marchamo y sabor irracionalistas. Todo lo contrario. A Sacristán, al Sacristán interesado en temas de ecologismo y política científica, le gustaba citar unos versos de Hölderlin, muy del gusto de Heidegger también. Eran estos:

De donde nace el peligro

Sea así, aunque admitamos que el sendero tiene riesgos y que el principio de precaución debe regir esta travesía. Pero para ese viaje con acantilados es necesario, y cada vez más urgente, liberar a la ciencia, salvarla si me apuran, de las garras de las grandes corporaciones. El libro de Vicent nos ayuda a ello, abona, orgánicamente por supuesto, en esa dirección desde la primera de sus páginas.

Pero no sólo es eso, no es esa únicamente la tarea de nuestra hora. Si me insisten, y me piden que confiese toda la verdad y sólo la verdad, les diré que nuestra finalidad, en mi opinión, no consiste sólo en salvar la ciencia, el conocimiento, de esas garras interesadas y desalmadas, sino con paciencia y con toda la tenacidad y racionalidad que nos sea posible, superar o eliminar una civilización, un modo de producir y de estar en el mundo, que pivota básicamente en torno a los tentáculos e intereses de esas grandes instituciones económicas sin alma.

Me dirán viejo y trasnochado, pero la tarea de la hora, ahora si cabe con mayor claridad vistas o intuidas las coordenadas abisales de la crisis, es superar el capitalismo. Con los restos que sean necesarios, no estoy afirmando que todo lo generado por esta fase histórica de la humanidad merezca ser olvidado. Pero es cada vez más urgente y necesario ir más allá. Mientras rija el principio del beneficio máximo, a costa de lo que sea y de quien sea, en las relaciones sociales, económicas, humanas, la (mala) suerte está echada. Un poeta finés, de expresión sueca si no yerro, Claes Andersson5, lo ha descrito así:

Si es el caso, y parece que éste es el caso, hay otra razón más para abonar el fértil suelo del anticapitalismo documentado y presto a la construcción de nuevas realidades. Para que exista un mundo en que sean divisa versos como estos que les digo a continuación de un poeta republicano, y universal, inolvidable como fue y es Luis Cernuda:

Tú justificas mi existencia

Si no te conozco no he vivido

Si muero sin conocerte no he muerto porque no he vivido

Para que estos versos puedan guiar nuestras vidas, decía, para que la justicia, en la medida de lo posible y de forma creciente, sea el pan nuestro de cada día, para que la equidad sea maestra y guía de todos, para que el género, la orientación sexual, la etnia, nuestros orígenes, sean los que fueren, no nos condenan a la marginación o la discriminación, es necesaria una tierra, un mundo, en el que el poder, y los inmensos riesgos que ese poder conlleva (la apropiación del saber, de la ciencia, el uso de sus tecnologías) no esté en manos de una cuadrilla despiadada de golfos codiciosos y sedientos, de forma irresponsable y sin satisfacción posible, de riquezas estúpidas y pueriles.

Los ciudadanos del mundo no pueden permitir que ejerzan su mando en plaza tampoco en esta plaza. Para ello, El parque de las hamacas y miles de parques más, y millones de hamacas en posición de resistencia, son necesarias. Son, en definitiva, la hermosa y nutritiva sal de nuestra tierra, una tierra de fraternidad, como gusta decir a los amigos y familiares de los republicanos españoles que fueron perseguidos y asesinados por el fascismo español.

Fuente: Rebelión

lunes, 30 de marzo de 2009

Los mundos locales una respuesta a la crisis

Autor | Tatiana Roa Avendaño - Censat Agua Viva | Idioma | Español | Pais | Internacional | Publicado | 5 marzo 2009 12:43

El primero de enero de 1994 marcó un hito para los movimientos sociales en el mundo. Ese día se produce el levantamiento zapatista en Chiapas con la toma de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) y se difunde la Declaración de la Selva Lacandona como carta de presentación del EZLN. Este hecho marca una ruptura en los movimientos sociales, estableciendo un nuevo momento y nuevas reinvidicaciones en la dinámica social. El ¡ya basta¡ de los zapatistas resuena no sólo en el pueblo mexicano sino en los pueblos del mundo. Este llamamiento es una invitación a relacionar globalización planetaria y marginalización de los desposeídos y las desposeídas.

Con este hecho se inicia una fase para los movimientos sociales y se comienza a configurar lo que posteriormente se denominaría el movimiento anti-globalización1. Es así como a finales de la década de los años noventa será recordada por las grandes movilizaciones sociales contra las instituciones que rigen los destinos de la economía global: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). En 1998, la aprobación del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), impulsado por los enriquecidos países industrializados en el mundo con la intención de imponerlo al resto de la comunidad internacional, marcó el antecedente más cercano a esta ola de rechazo y de levantamientos sociales.

A continuación siguieron las protestas contra las instituciones financieras de Sistema de Bretton Woods y la Organización Mundial de Comercio (OMC) que rige el comercio internacional. En 1999 se realiza la memorable movilización de Seattle contra la OMC, vienen luego las protestas contra el FMI y el Banco Mundial de Washington y Praga. La descalificación de las grandes cumbres y las protestas alrededor del mundo no pararían, Cancún, Qatar, Niza; no habrá lugar donde los poderosos se reúnan y no converjan las diversas fuerzas sociales.

Es indudable que ya finalizando el siglo anterior, se evidenciaba el creciente malestar general frente a las críticas condiciones sociales y económicas que sufren las grandes mayorías de los pueblos alrededor del mundo. Los esperados beneficios económicos que promovían quienes pregonaban las políticas neoliberales no lograron resolver la pobreza y la desigualdad reinante sino por el contrario, agudizarla.

Lo que advirtieron muchos de estos movimientos es hoy una realidad. Estamos viviendo uno de los momentos más críticos que recuerde la historia de la humanidad con características similares a las vividas en la pre Segunda Guerra Mundial.

Durante los últimos meses del 2008, EEUU vivió un colapso financiero que conllevó a una fuerte crisis económica con consecuencias aún impredecibles; afectando también las economías del resto del mundo. Sin duda, la recesión económica en América Latina tendrá profundas implicaciones económicas y sociales. Hay quienes, incluido el propio Fondo Monetario Internacional, pronostican otra gran depresión. Pero, ¿tendrá esta crisis las dimensiones de la Gran Depresión de 1929? ¿Podrá esta recesión económica tener las consecuencias que tuvo en la primera parte del siglo XX? ¿Ha llegado el fin de la hegemonía estadounidense o estamos en lo que Zakaria considera un mundo posamericano2? ¿Qué implicaciones tendrá en el orden internacional?

La diferencia de las condiciones pre Segunda Guerra Mundial, con el actual período de recesión, es que se suman otras múltiples crisis como la ambiental, la alimentaria y la energética. Todas ellas nos podrían estar indicando que no es meramente una crisis del modelo económico dominante, sino que estamos frente a una crisis sistémica, una crisis civilizatoria. Lo que nos lleva a preguntarnos si será suficiente sólo hacer ajustes al sistema económico y su institucionalidad o se requerirán de trasformaciones en otros órdenes como lo social, lo económico, lo ambiental, lo político y lo cultural.

Desde hace dos años, los precios de los alimentos han subido a unos niveles record. Lo irónico es que mientras la producción mundial de alimentos creció a ritmos impensables, grandes masas de población en el mundo no cuentan con recursos para acceder a ellos. Pero entonces, ¿por qué esta crisis? Los argumentos que la sustentaban han sido muchos y diversos: la creciente demanda de alimentos para la producción de agrocombustibles, el incremento de consumo de China e India, los altísimos precios del petróleo y sin duda, no se puede desconocer el papel de los "especuladores" en esta crisis alimentaria, que se lanzaron a buscar oportunidades en los mercados de materias primas y de alimentos. De esta forma, la mercantilización atravesó fronteras insospechadas.

La expansión del mercado ha llegado a convertir la alimentación, el agua, la atmósfera, los genes y la naturaleza en mercancías. Algo que anteriormente era impensable. En la actualidad, la mercantilización de la naturaleza es la estrategia fundamental para la acumulación de capital a mediano plazo y en ella, los alimentos no quedan por fuera.

Un reciente informe de Grain, nos dice: “Las dos grandes crisis globales que estallaron en los últimos 15 meses —la crisis alimentaria mundial y la crisis financiera, […] están engendrando una nueva y preocupante tendencia a comprar tierras para la producción dislocada de alimentos”(3). Todo hace suponer, como lo ha advertido la propia FAO, que la crisis alimentaria será de largo plazo, en la que como es común, los grandes sacrificados serán las gentes más humildes de los empobrecidos países africanos, asiáticos y latinoamericanos.

Sumada a todo lo anterior, está quizás la crisis más dramática para la humanidad: la ambiental. Son diversas las expresiones de ella: el cambio climático, el incremento de la desertificación, la erosión y el deterioro de los suelos, la contaminación de aguas superficiales y subterráneas, la destrucción de importantes ecosistemas, la erosión genética y de la biodiversidad, los residuos peligrosos y nucleares, la desaparición creciente de especies y los millones de seres humanos desplazados por los conflictos ambientales.

Es tan grave la situación y tan acelerados los procesos de destrucción de las bases naturales, que se está poniendo en riesgo la propia existencia de la humanidad. El deterioro avanza a ritmos vertiginosos socavando las condiciones que hacen posible la vida en el planeta. El sistema económico imperante nunca considero los límites del Planeta. Como dicen los zapatistas (4) la naturaleza nos está pasando la impagable cuenta de su destrucción. De manera que no será suficiente con cuidar la naturaleza sino que requeriremos no sobrepasar los límites que podrán poner en riesgo la propia vida.

Los últimos datos sobre cambio climático muestran que los niveles de CO2 llegaron a 381 partículas por millón (ppm), lo que equivale a 100 ppm sobre el nivel promedio de la era pre-industrial, y según los científicos la mayor concentración de CO2 que ha tenido el planeta en más de 1 millón de años (5). Es decir estamos entrando a territorio desconocido, los propios científicos del Panel de Cambio Climático lo plantean al comprobar esta realidad. Algunos de los cambios no dan tiempo, las condiciones que garantizan la vida en el planeta se agotan. Necesariamente requerimos hacer profundas trasformaciones económicas, tecnológicas, ambientales, sociales y culturales.

Son enormes los desafíos para las sociedades. No será suficiente con un cambio de la matriz energética o con las soluciones de mercado que nos proponen las negociaciones de la Convención de Cambio Climático. Se nos plantea una gran encrucijada; o replanteamos el paradigma civilizatorio sobre el que se sustento la humanidad o caminamos irremediablemente al suicidio.

No hay duda, es un momento para innovar, es tiempo de creatividad. La crisis es una oportunidad para ello. Nos estamos jugando nuestro futuro, nuestra existencia. Son tiempos para la trasformación y el cambio, momentos para la producción de alternativas y propuestas. Pero, ¿cuál es hoy la utopía?
La crisis económica actual tiene profundas similitudes con las condiciones de la pre Segunda Guerra Mundial. En ese momento la Gran Depresión castigó la economía mundial, incluida al propio Estados Unidos y propició el colapso del liberalismo económico. Nos dice Hobsbawm que ante esa crisis surgieron tres alternativas ideológicas: la socialdemocracia, el fascismo y el socialismo (6).

La profunda recesión económica que vivimos podría ser tan grave como la depresión económica de 1929 y podría provocar trasformaciones en el orden del sistema internacional actual. Según Fareed Zacaria, la hegemonía de los EEUU podría estar llegando a su fin y estaríamos viviendo un proceso de emergencia del resto (7). Pero si bien hay emergencia de nuevos actores, ¿se constituyen ellos en alternativa ideológicas que puedan conducirnos a salir de la crisis? No lo creo. Estos actores no parecieran estar haciendo una ruptura que pueda dar respuestas a la crisis civilizatoria que estamos afrontando. El interés de estos estados ha sido ganar presencia económica, comercial o militar, pero ninguno de ellos esta buscando propiciar las trasformaciones estructurales de las condiciones que nos han llevado a la catástrofe. ¿De dónde surgirán las respuestas? ¿estaremos requiriendo de la emergencia de nuevos actores? ¿Quién o quiénes pueden ser?

Es indudable que frente a la profunda crisis civilizatoria están surgiendo propuestas y alternativas. Son notorias las experiencias de mujeres, indígenas, jóvenes, campesinos, negritudes, ambientalistas, trabajadores y pobladores urbanos. Algunas de ellas a niveles bastante locales o estrictamente sectoriales, otras han logrado articularse en lo nacional, lo regional o lo internacional. No hay duda, la antitesis del orden establecido lo constituye los movimientos sociales antisistema, sin embargo, si bien las expresiones sociales antiglobalización, comparten una crítica al modelo capitalista neoliberal, responden a diferentes corrientes y pensamientos.

Gran parte de estas iniciativas y dinámicas sociales han estado articuladas en torno al Foro Social Mundial, que surgió en el 2001 en la ciudad brasileña de Porto Alegre como contraposición al Foro Económico de Davos que organizan los poderosos del mundo, y que se realiza cada año en enero en esa lujosa ciudad Suiza.

Las diversas organizaciones y movimientos sociales antiglobalización articuladas al FSM expresan y promulgan una visión política y un imaginario anti-capitalista,
“… promueven una lógica de lo social basada en formas auto-organizadas y en gran parte estructuras no jerarquizadas. Estos movimientos tienden a mostrar propiedades emergentes y unos complejos comportamientos adaptativos que los movimientos del pasado, con su inclinación por la centralización y jerarquía, nunca fueron capaces de manifestar. Esta lógica es parcialmente reforzada por las dinámicas de autoorganización de la nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC)” (8).

El FSM se inició buscando romper con la lógica de seguir la agenda que imponían los poderes económicos del mundo y por el contrario, propiciar que las luchas y las dinámicas sociales avanzaran de una lógica de confrontación y resistencia a fortalecer la articulación entre procesos y dinámicas sociales y a promover la construcción de alternativas. La búsqueda de ese otro mundo es posible implica que el Sur tengan un papel más preponderante, que las experiencias locales tengan la dimensión que merecen, que ponga fin a los ajustes estructurales, que replantee las relaciones sociales y las relaciones con la naturaleza, que establezca otras relaciones de producción, que considere otras formas de uso y apropiación de la energía, entre otras cosas.

En casi una década de existencia, no hay duda de que el FSM ha contribuido a constituirse en un referente simbólico internacional importante para el conjunto de las fuerzas críticas a la globalización neoliberal. El FSM ha inspirado campañas y ha contribuido a crear un ambiente más propicio al trabajo en común en los lugares donde se han celebrado.

No obstante, luego de una primera etapa de ascenso y de visibilización, el Foro pareciera tener una crisis de perspectivas y un futuro incierto. En realidad la gran limitación del FSM ha sido que no ha logrado hacer que los movimientos superen la dispersión y fragmentación de sus agendas y propuestas. Además porque ha sido inevitable, la tendencia a la institucionalización del evento, lo que ha provocado una brecha y un distanciamiento de las luchas sociales.

Como quiera que sea, el FSM ha logrado propiciar una identidad al movimiento y un análisis sobre las dimensiones de la crisis. Lo que no ha sido fácil es cristalizar o hacer converger las propuestas compartidas, menos aún definir direcciones claras de la acción política. Algunos estudiosos consideran que el propio movimiento del Foro Social Mundial en sí mismo se constituye en un nuevo paradigma, acción política e imaginario anti-sistema (Escobar, 2005: 22).

Cualquiera que sea, el FSM, la lucha zapatista, la minga de los pueblos indígenas y negros, las experiencias locales agroecológicas, las luchas de las mujeres, las propuestas de dejar el crudo en el subsuelo, las luchas de los pobladores urbanos, de los jóvenes, las de los artistas, sin duda, todas ellas nos proponen nuevos paradigmas. Ellas nos convocan a romper con las visiones del pasado y tomar distancia de los conceptos modernos occidentales.

Este nuevo horizonte de sentido deberá articular otras prácticas sociales, económicas, sociales, ecológicas, espirituales; debe conducir a replantear las relaciones de producción, a transformar las condiciones de trabajar el campo, la forma como se organizan las ciudades, debe proponerse otras relaciones entre los seres humanos y de éstos con la naturaleza, debe basar su forma de vida sobre una nueva matriz energética. No obstante, la pregunta es ¿qué se requeriría para que estos movimientos puedan constituirse en un modelo alternativo?

Seguramente, el mundo del futuro deberá construirse a partir de mundos locales que nos lleven a pensar un horizonte más amplio, donde lo local se articule a lo global. Lo concreto es que como dice Escobar (9) este nuevo paradigma no sólo se necesita sino que esta emergiendo. (Escobar, 2005: 22)


Referencias bibliográficas

Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, comunicación del 15 de septiembre del 2008
Escobar, Arturo, Más allá del Tercer Mundo, Bogotá, ICANH, 2005
GRAIN
Hobsbawm, Eric, Historia del Siglo XX, Barcelona, Crítica, Grijalbo Mondadorri, 1995
Le Monde Diplomatique edición Colombia, El Atlas del medio ambiente, Bogotá, Tebeo Comunicaciones, 2008.
Zakaria, Fareed, The Post American World, New Cork, W.W. Norton & Company, 2008

1 Se consideran movimientos anti-globalización porque niegan el proyecto de globalización en términos de la universalización de la modernidad capitalista – al menos en su forma neoliberal (Escobar, 2005)
2 Zakaria, Fareed, The Post American World, New Cork, W.W. Norton & Company, 2008
3 GRAIN
4 Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, comunicación del 15 de septiembre del 2008
5 Le Monde Diplomatique edición Colombia, El Atlas del medio ambiente, Bogotá, Tebeo Comunicaciones, 2008. Pg. 34 y 35
6 Hobsbawm, Eric, Historia del Siglo XX, Barcelona, Crítica, Grijalbo Mondadorri, 1995. Pg. 114
7 Para Zacaria la emergencia del resto se expresa en cosas como: la Unión Europea es hoy el más grande bloque comercial en el mundo, el surgimiento de la China y otros gigantes económicos como India y algunos poderes regionales como Brasil y México en Latino América, dominando sectores importantes de la economía mundial, y que le han ganado terreno a los EEUU (2008: 43).
8 Escobar, Arturo, Mas allá del Tercer Mundo, Bogotá, ICANH, 2005, pg. 24
9 Escobar, Arturo, Mas allá del Tercer Mundo, Bogotá, ICANH, 2005, pg. 24

Fuente: CENSAT

sábado, 28 de marzo de 2009

Diálogo de Alternativas y Alianzas de los Movimientos Indígenas, Campesinos y Sociales del Abya Yala

Autor | Organizaciones campesinas, de pueblos indígenas y ONG | Idioma | Español | Pais | América Latina | Publicado | 6 marzo 2009 13:21

"Las actuales crisis mundiales se superponen a nivel financiero, climático, energético, social, cultural, expresan la descomposición, no solo del neoliberalismo, sino del capitalismo y de la matriz civilizatoria occidental, y sus pilares erróneos de separación entre humanidad y naturaleza, hombre y mujer, individuo y comunidad, igualdad y diversidad. Sin embargo, pretenden salir de su crisis, profundizando la presión sobre la Pachamama y los bienes naturales (agua, alimentos, biodiversidad, hidrocarburos, bosques), a través del capital transnacional y sus estrategias de los “TLC”, megaproyectos así como de la estigmatización y criminalización de los derechos y movimientos indígenas y sociales."

Las organizaciones indígenas y campesinas del Abya Yala (Latinoamérica), como la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Consejo Indígena de Centro América (CICA), Movimiento Sin Tierra del Brasil, Vía Campesina; las Organizaciones del Pacto de Unidad de Bolivia; y organizaciones indígenas de Colombia, Ecuador y Perú; reunidas en el local del Pacto de Unidad, en La Paz, manifestamos a nuestros Pueblos, organizaciones, movimientos sociales del Abya Yala; así como también a los gobiernos y organizaciones internacionales lo siguiente:

Constatar que las actuales crisis mundiales se superponen a nivel financiero, climático, energético, social, cultural, expresan la descomposición, no solo del neoliberalismo, sino del capitalismo y de la matriz civilizatoria occidental, y sus pilares erróneos de separación entre humanidad y naturaleza, hombre y mujer, individuo y comunidad, igualdad y diversidad. Sin embargo, pretenden salir de su crisis, profundizando la presión sobre la Pachamama y los bienes naturales (agua, alimentos, biodiversidad, hidrocarburos, bosques), a través del capital transnacional y sus estrategias de los “TLC”, megaproyectos así como de la estigmatización y criminalización de los derechos y movimientos indígenas y sociales.

Reiterar que esta nueva ofensiva de un capitalismo en crisis, tiene entre sus miras al histórico y ejemplar proceso del pueblo de Bolivia, por la Descolonialidad del poder, Buen Vivir/ Vivir Bien, Estado Plurinacional, Derechos Colectivos, para todas y todos, por lo cual convocamos a la solidaridad internacional activa, porque está en juego detener las ambiciones de las oligarquías terratenientes que manipulan formas diversas de racismo mediático y violencia fascista; y sobre todo, buscan interrumpir el ejemplo para nuestros pueblos de la construcción colectiva de nuevos paradigmas alternativos a la colonialidad capitalista, de reinvención del Estado, del mal llamado “desarrollo” y de nuevas formas de convivencia humana y con la naturaleza.

Impulsar la solidaridad activa con la lucha del Pueblo y Gobierno de Bolivia a través de: Formación intensa y masiva de líderes indígenas y populares en Bolivia y del Abya Yala. Movilización internacional frente a agresiones políticas. Incidencia para la intervención de ONU contra el racismo fascista de la “media luna”. Movilizaciones nacionales ante visitas de representante de derecha racista de Bolivia a nuestros países. Ampliar las demandas legales, indígenas y populares nacionales, en convergencia con el gobierno de Bolivia en defensa de la CAN, sus Decisiones 486 y 667 sobre patentes y consensos.

Afirmar la necesidad de una respuesta unificada de nuestros Pueblos, que detenga esta ofensiva capitalista y construya alternativas en Abya Yala de nuevos mundos posibles, por lo cual, decidimos articular nuestras luchas y acciones en torno de ejes comunes como los siguientes:

* Integración desde y para los pueblos y no para el lucro de las Transnacionales, sus TLC y Megaproyectos. No a los TLC con EE.UU. y la Unión Europea que dividen y destruyen a la CAN usando a las dictaduras de Álvaro Uribe y Alan García. Defensa de las Decisiones de la CAN 486 (patentes) y 667 (consensos) y la integración desde y para los Pueblos. Reestructuración de la IIRSA, Plan Puebla Panamá y megaproyectos regionales, respetando los derechos a la consulta y consentimiento de los Pueblos y propias opciones de “desarrollo” o Buen Vivir (Convenio 169-OIT). Las economías comunitarias y la soberanía alimentaria de los pueblos deben ser el centro de todo plan de “desarrollo”.

* Intangibilidad de la Territorialidad de los Pueblos y Tierras campesinas frente a las invasiones de transnacionales extractivas. Integralidad e intangibilidad de la Territorialidad de la Pachamama de los Pueblos y las tierras campesinas, para supervivencia y de la humanidad. No a la mercantilización de la Vida, Alimentos, Agua, y sus impactos sociales y ambientales por los capitales de las industrias extractivas (minería, hidrocarburos, madera), alimentarias (transgénicos, semillas, agrocombustibles), privatizadores del agua y Biodiversidad (biopiratería).

* Detener la Catástrofe climática provocada por el consumismo capitalista. Cambios estructurales de convivencia con la Naturaleza mediante el Buen Vivir/ Vivir Bien. No a la “adaptación” conciliadora con la ambición de las transnacionales. Detener la catástrofe mediante la Movilización global en Defensa de la Madre tierra y los Pueblos y la Soberanía Alimentaria, contra la mercantilización de la Vida, Contaminación y Criminalización, empezando en una Semana de Globalización de las luchas del 12 al 16 octubre. Acción efectiva y menos retórica en la aplicación de las Convenciones de Diversidad Biológica y Cambio Climático y respeto a los derechos de los pueblos indígenas y comunidades.

* Alto a la Criminalización de los movimientos sociales y vigencia de los derechos colectivos y campesinos. Cese a la militarización, genocidio, etnocidio, racismo desde el Estado, desplazamiento forzoso, desterritorialización, confinamiento, desmonte de derechos, así como la estigmatización, amenazas y persecución contra líderes y organizaciones. Reconocimiento, aplicación y monitoreo de Derechos Colectivos, Convenio 169-OI y Declaración de Pueblos Indígenas de la ONU que sea ratificada por una Convención de derechos de los Pueblos Indígenas de la OEA.

* Construcción de Alternativas a la Civilización Capitalista. Desarrollo de propuestas y políticas públicas sobre Descolonialidad, Desmercantilización de la Vida, Buen Vivir, Estado Plurinacional Comunitario, Complementariedad Hombre y Mujer, Derechos Colectivos. Foro Social temático el 2010 sobre Crisis de la Civilización Capitalista y paradigmas alternativos como los señalados. Respeto a las cosmovisiones y espiritualidades indígenas por las Iglesias y que el Vaticano cambie sus políticas en esa dirección. Diálogo crítico y alianzas con los gobiernos progresistas con autonomía de nuestras organizaciones

Acordar la implementación de un proceso de Unidad, como “Diálogo de Alternativas y Alianzas de los Movimientos Indígenas, Campesinos y Sociales del Abya Yala”, que incluye construir una Plataforma y Plan de lucha común, iniciada con esta Declaración. Próximos encuentros durante los 25 años de COICA (12-13 marzo, Quito) y la IV Cumbre de Pueblos Indígenas, I Cumbre Mujeres Indígenas, II Encuentro de Niñez y Juventud Indígena (27-31 mayo Puno). Impulso de la Coordinadora Continental Pueblos Indígenas, Organizaciones de Mujeres Indígenas, a nivel nacional y continental; y que esos procesos impulsen la ONU de Pueblos Indígenas y Cumbre de los Pueblos y Movimientos Sociales del Abya Yala.

Organizar encuentros de diálogo franco y amplio, sobre acciones comunes y aspectos controversiales, con los presidentes progresistas del Abya Yala; y también reuniones diplomáticas con los demás gobiernos del continente; para que se escuche la voz de los sin voz, sobre nuestros derechos y propuestas para que otros mundos diversos y para todos sean posibles.

¡Unidad y lucha de los Movimientos Indígenas, Campesinos y Sociales del Abya Yala!
¡Solidaridad activa con la Descolonialidad del Poder en Bolivia!

* Miguel Palacín, CAOI, Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas
* Donald Rojas, CICA, Consejo Indígena de Centro América
* Valentín Muiba, COICA, Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica
* Igidio Brunetto, MST, Movimiento Sin Tierra del Brasil
* Blanca Chancoso, Comité Organizador I Cumbre de Mujeres Indígenas del Abya Yala
* Gonzalo Guzmán, ECUARUNARI, Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador
* Christian Domínguez y Dionisio Cabrera, CSUTCB, Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia
* Leonida Zurita, CNMCIOB”BS”, Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa”
* Elías Quellca, CONAMAQ, Consejo Nacional de Ayllus y Marqas del Qollasuyu
* Fidel Surco, CSCIB, Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia
* Pablo Salas, CONACAMI, Confederación de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería
* Silvia Sucari, Organización de Mujeres Ricchari Llacta, Perú
* Juan Titira, ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia
* Germán Bedoya, Vía Campesina Colombia
* Fredy Condo, COINCABOL, Coordinadora de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Bolivia

Fuente: Minga Informativa de Movimientos Sociales

viernes, 27 de marzo de 2009

Perú: Mujeres indígenas del Ande y Amazonía rechazan firma de TLC UE

Autor | Mujeres indígenas de Perú | Idioma | Español | Pais | Perú | Publicado | 6 marzo 2009 13:34

Las mujeres indígenas del Perú en proceso de movilización interna hacia la I CUMBRE DE MUJERES INDIGENAS y IV CUMBRE CONTINENTAL DE PUEBLOS INDIGENAS.

Provenientes de las comunidades y pueblos indígenas de esta parte del ABYA YALA denominado Perú, nos encontramos las mujeres indígenas planificando nuestra participación en los procesos más trascendentales para los movimientos sociales que se desarrollará en el lago sagrado del Titicaca en Puno - Perú como es la I CUMBRE DE MUJERES INDIGENAS y IV CUMBRE CONTINENTAL DE PUEBLOS INDIGENAS.

Unidas las mujeres indígenas andinas - amazónicas, estamos construyendo en forma conjunta nuestra propia agenda para participar en forma protagónica y con las propuestas que se viene trabajando orientada a defender la vida, a nuestra PACHAMAMA y YACUMAMA; frente a la política neoliberal, que esta llevando a la destrucción del planeta, cuyas consecuencias ya nos afectan con la escasez de agua dulce por la contaminación de las actividades extractivistas, los alimentos transgénicos, los monocultivos que destruyen nuestra biodiversidad, y por ello desconocemos la firma del TLC con EEUU y rechazamos el TLC CAN-UE.

Que las políticas estatales en esta etapa, en la que el neoliberalismo esta en crisis, arrastrando tras de si a las economías dependientes de sus recetas y carentes de autonomía y soberanía, proponemos el cambio de modelo hacia la construcción y consolidación de los ESTADOS PLURINACIONALES, la economía solidaria y complementaria, la revisión y auditoria independiente de la deuda externa, la defensa de la naturaleza y el proceso biótico natural y la diversidad biológica.

Planteamos como prioritario la defensa de nuestros TERRITORIOS Y RECURSOS NATURALES, y reafirmamos que en ella se asienta nuestra vida, cultura, desarrollamos nuestra economía, manejamos nuestra alimentación, salud y generamos nuestras nuevas especies vegetales no solo para beneficio intracomunal sino también para la humanidad. Proponemos plasmar nuestros acuerdos de desconocer al gobierno de Alan García, participar activamente en el proceso de desobediencia y levantamiento de los pueblos frente a las políticas que nos afectan.

En ese contexto nos preparamos y sabremos responder a los retos que nos conduce este proceso, en la que las mujeres indígenas participaremos activamente con nuestras propuestas desde la I CUMBRE DE MUJERES INDIGENAS con actos ancestrales desde el Lago Sagrado de TITICACA en Puno-PERU, y con nuestras conclusiones con las hermanas del Continente, trasladaremos nuestras propuesta a la IV CUMBRE CONTINENTAL DE PUEBLOS INDIGENAS.

Saludamos y alentamos a las hermanas del Continente, que vienen desarrollando similares procesos en cada una de sus comunidades, pueblos y naciones al interior de sus países; que prosigan este proceso, que garanticen la mayor participación de mujeres y se evite debates que pueden debilitar nuestras fuerzas como el tema de peticiones de sedes en otros países.

Convocamos a los movimientos sociales no indígenas, organizaciones de mujeres, defensores de derechos humanos, participar en el proceso. A las organizaciones solidarias del mundo expresen su apoyo para garantizar la participación efectiva de las mujeres indígenas en los espacios de la I CUMBRE DE MUJERES INDIGENAS, IV CUMBRE CONTINENTAL DE PUEBLOS INDIGENAS y la del II ENCUENTRO DE NIÑEZ Y JUVENTUD.

Lima cuna del curaca Taulichusco, 28 de febrero del 2009.

POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES INDIGENAS…… POR TERRITORIOS LIBRE DE TRANSNACIONALES, POR LA VIDA, EL AGUA LIBRE DE CONTAMINACION

Fuente: Minga Informativa de Movimientos Sociales

miércoles, 25 de marzo de 2009

La voz de las mujeres sobre las plantaciones

Autor | WRM | Idioma | Español | Pais | Internacional | Publicado | 10 marzo 2009 13:37

Las comunidades del Sur están siendo afectadas por la expansión de los monocultivos de árboles y las mujeres son quienes sufren los mayores impactos. Durante los últimos meses, el WRM y Amigos de la Tierra Internacional organizaron conjuntamente tres talleres con mujeres locales: uno en Asia (Papúa Nueva Guinea), uno en África (Nigeria) y uno en América Latina (Brasil). La principal razón para elegir casos en esos países fue que todos tenían algo en común: en todos ellos, la Unión Europea está involucrada, directa o indirectamente, en la expansión de dichas plantaciones.

La importancia de la participación de la Unión Europea en estos tres casos radica en que, dentro del Norte industrializado, la Unión Europea es tal vez la que ha desarrollado más políticas con sensibilidad de género, aplicables tanto a nivel interno como externo. Así fue que se sintió la necesidad de documentar la contradicción entre lo que dichas políticas de género dicen y la forma en que otras políticas de la UE terminan generando impactos específicos sobre las mujeres del Sur.

Claro que los resultados son también aplicables a las políticas y las empresas de otros países – del Norte y del Sur – involucrados en la promoción de plantaciones de monocultivos de árboles.

El WRM y el Programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra agradecen a todas las mujeres que participaron en los talleres y compartieron sus experiencias con nosotr@s. Al mismo tiempo, deseamos aprovechar la oportunidad de esta fecha simbólica – 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer – para rendir homenaje al coraje de incontables mujeres que están luchando y haciéndose oír.

NUESTRA OPINIÓN

- Las mujeres invisibles se vuelven cada vez más visibles

LA UNIÓN EUROPEA DESEMPODERANDO MUJERES

- Mujeres alzan sus voces en tres continentes
- Papúa Nueva Guinea: mujeres exigen poner fin a la expansión de la palma aceitera
- Nigeria: plantaciones de caucho de Michelin destruyen medios de vida de las mujeres
- Brasil: mujeres afectadas por plantaciones de eucaliptos alzan sus voces

HERRAMIENTAS PARA LA ACCIÓN

- Video: “Las mujeres alzan sus voces contra de las plantaciones de árboles”
- Más información sobre mujeres en el sitio web del WRM


NUESTRA OPINIÓN

- Las mujeres invisibles se vuelven cada vez más visibles

En su novela “El hombre invisible” el escritor H.G. Wells cuenta la historia de un científico que logra volverse invisible y de los problemas que ello le acarrea.

En la vida real, desde hace muchos años las mujeres vienen luchando contra los problemas que les significa la invisibilidad social a la que están sometidas, en la que gran parte de las tareas que realizan son igualmente invisibles y escasamente valoradas.

Si bien esa lucha es diaria, cada 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer- se constituye en una buena oportunidad para darle una mayor visibilidad a esa lucha.

El Programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional y el WRM quieren hacer un aporte en ese sentido, difundiendo información sobre uno de los temas quizá menos visibles: los impactos diferenciados que implican los monocultivos de árboles sobre las mujeres.

En el presente boletín se detallan los hallazgos de tres estudios llevados a cabo conjuntamente por ambas organizaciones en realidades tan disímiles como las de Nigeria, Papua Nueva Guinea y Brasil. Sin embargo, los tres tienen como denominador común los impactos de tales plantaciones sobre las comunidades en general y sobre las mujeres en particular.

Los testimonios recogidos no solo aportan información detallada sobre los impactos de los monocultivos de eucaliptos, palma aceitera y caucho, sino que muestran además algunos de los peores aspectos de las políticas de “desarrollo” impulsadas desde los gobiernos en beneficio de las corporaciones.

El punto de partida de tales políticas consiste en convencer a las comunidades de que son “pobres”. No importa que la comida que comen sea abundante, sana y nutritiva, ni que el agua que beben sea pura y cristalina, ni que los bosques les provean de una amplia gama de bienes y servicios. Son pobres porque no tienen dinero y solo podrán salir de la pobreza -y ser felices- cuando dispongan de dinero.

Entonces aparecen las empresas, bajo la protección de los estados y amparadas en marcos legales, prometiendo lo que se supone se necesita para dejar de ser pobres: empleos, dinero y desarrollo. No importa que muy pocas de esas promesas se cumplan. Lo que importa es que la gente les crea. Y en particular los hombres, que normalmente tienen más poder y que se contarán entre los pocos “beneficiados” con un empleo. Un empleo mal pago, peligroso, temporal, pero que permite acceder al dinero que se supone los sacará de la pobreza.

La comunidad hasta entonces autosuficiente pasa a integrarse a una economía monetaria y a depender casi enteramente del dinero para satisfacer sus necesidades básicas; lo que significa depender de una empresa y pasar a ser “esclavos en su propia tierra”, como lo describe una mujer de Papua Nueva Guinea. Se vuelven –ahora sí- efectivamente pobres.

Para las mujeres, el establecimiento de las plantaciones no solo les implica mayores impactos que a los hombres, sino que además los cambios sociales que traen consigo las desempoderan aún más frente a los hombres en materia de toma de decisiones a nivel de la comunidad e incluso en el propio hogar.

Frente a esa situación, lo que se empieza a observar es que las mujeres comienzan a organizarse como tales y a llevar a cabo distintos tipos de acciones para revertir la situación en la que ellas y sus comunidades se encuentran inmersas. Según los casos, exigen que les devuelvan sus tierras, compensación por el daño causado, la restauración del bosque destruido, la suspensión de plantaciones, la erradicación de plantaciones existentes. Las acciones que llevan a cabo se corresponden con sus realidades sociales y políticas, pero en todos los caso conllevan riesgos, ya que las empresas cuentan con el apoyo del Estado, incluyendo su aparato represivo.

Paradójicamente, el desempoderamiento causado por el accionar de las empresas está empezando a convertirse en punto de partida de un nuevo empoderamiento de las mujeres. De ser parte invisible de la comunidad pasan a tener una voz propia que se escucha cada vez más fuerte.

A diferencia del personaje de Wells, las mujeres invisibles de las plantaciones están volviéndose –como muchas otras mujeres- cada vez más visibles. Y esto no es novela: es la vida real.

Programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional

Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales

LA UNIÓN EUROPEA DESEMPODERANDO MUJERES

- Mujeres alzan sus voces en tres continentes

Vastas áreas de tierras donde predominan ecosistemas ricos y diversos están siendo reemplazadas por plantaciones de árboles a gran escala en el Sur. Estas plantaciones – ya sea de eucaliptos, pinos, caucho, palma aceitera u otros – están generando graves impactos sobre las comunidades locales, que ven cómo sus ecosistemas y sus medios de vida se destruyen para dar paso a plantaciones industriales de árboles. Además de afectar a las comunidades como un todo, estas plantaciones tienen impactos específicos y diferenciados sobre las mujeres, que se traducen en su desempoderamiento.

Lo que la mayoría de la gente de Europa no sabe es que la Unión Europea tiene un papel protagónico en la promoción de tales plantaciones en el Sur y, por lo tanto, está contribuyendo al desempoderamiento de las mujeres del Sur.

Si bien la Unión Europea ha firmado una cantidad de tratados y convenciones y ha desarrollado un conjunto de leyes dirigido a lograr la igualdad de género en su territorio, este tema parece perder toda importancia más allá de sus fronteras.

Los artículos que siguen son el resultado de tres talleres realizados a fines de 2008 en Papúa Nueva Guinea, Nigeria y Brasil, en el marco de un proyecto conjunto de Amigos de la Tierra Internacional y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.

En el caso de Papúa Nueva Guinea, el taller se desarrolló en colaboración con la organización local CELCOR/Amigos de la Tierra-PNG. El tema del mismo fueron las plantaciones de palma aceitera que están siendo promovidas principalmente para proveer al mercado europeo aceite de palma (utilizado en productos como cosméticos, jabones, aceite vegetal y alimentos), así como para la producción de agrocombustibles.

El segundo caso es el de Nigeria. El taller, organizado en colaboración con Environmental Rights Action/Amigos de la Tierra Nigeria, trabajó sobre las plantaciones de caucho establecidas en tierras de una comunidad local por la empresa francesa Michelin, para producir el caucho utilizado en la fabricación de neumáticos.

Finalmente, en el caso de Brasil, el taller realizado en colaboración con NAT/Amigos de la Tierra Brasil consideró la situación de las plantaciones de eucaliptos establecidas por tres empresas – la sueco-finlandesa Stora Enso, Aracruz Celulose y Votorantim – para producir celulosa que será exportada a Europa para convertirla allí en papel.

El principal objetivo de este trabajo en colaboración es apoyar la lucha de éstas y muchas otras mujeres que enfrentan situaciones similares en todos los países del Sur. Al mismo tiempo, apuntamos a generar conciencia entre los ciudadanos de la UE – hombres y mujeres – sobre cómo sus gobiernos están promoviendo políticas que favorecen las inversiones corporativas en el Sur y cómo dichas inversiones afectan a las comunidades en general y a las mujeres en particular. Esperamos que, al estar mejor informados, l@s ciudadan@s de la UE y sus organizaciones, se unan al esfuerzo por lograr un mundo socialmente equitativo y ambientalmente sostenible – Norte y Sur incluidos – donde la justicia de género pueda transformarse en una realidad para tod@s. Las voces de las mujeres del Sur suenan cada vez más fuerte.

El informe completo está disponible en http://www.wrm.org.uy/subjects/women/fullreport.pdf , mientras que la versión resumida se encuentra disponible en: http://www.wrm.org.uy/subjects/women/summaryreport.pdf (ambos en inglés).

- Papúa Nueva Guinea: mujeres exigen poner fin a la expansión de la palma aceitera

La producción de palma aceitera está aumentando en Papúa Nueva Guinea, un país donde el 97% de la tierra es de propiedad comunal y donde la mayor parte de la población de 5 millones de personas aún vive en la zona rural y depende de la agricultura de subsistencia para su sustento. El aceite de palma producido es, en su mayoría, exportado a la Unión Europea, siendo el Reino Unido, los Países Bajos e Italia los principales mercados.

Un programa que oculta un emprendimiento a gran escala

“Cuanto más pequeños propietarios planten palma, más ganancias obtienen las empresas. Es mano de obra barata para las compañías”. (Mujer de la aldea Kokoda)

Casi toda la palma aceitera de PNG es cultivada dentro del llamado Sistema Integrado de Núcleo Central y Pequeños Productores, a través del cual una empresa principal – que posee una gran plantación – contrata a pequeños agricultores para que le suministren más frutos de palma aceitera. Promovido por instituciones financieras internacionales como una forma de “aliviar” la pobreza en el país y de permitir a los agricultores acceder a la economía monetaria, este sistema está permitiendo que el sector agrícola aumente el volumen de negocios de las empresas reduciendo sus inversiones y sus costos. Las empresas no necesitan comprar más tierra para establecer plantaciones; tienen mano de obra barata de los pequeños propietarios, no hay sindicatos de trabajadores, y su responsabilidad sobre los impactos ambientales de las plantaciones desaparece.

Las comunidades fueron incentivadas a plantar “parcelas” de palma aceitera dentro de sus tierras con préstamos ofrecidos por el gobierno para comprar semillas, fertilizantes y agroquímicos. Mientras la superficie promedio de las propiedades es de 4 a 6 hectáreas, las parcelas de palma ocupan 2 hectáreas. Los programas de pequeños propietarios promovidos en PNG son parte de una plantación a gran escala donde sus parcelas integran un complejo formado por muchos miles de hectáreas. Hoy en día se calcula que el país tiene más de 100.000 hectáreas de plantaciones de palma aceitera.

Pérdida de soberanía alimentaria

No sólo los bosques y la tierra agrícola deben ser despejados para hacer lugar a la palma aceitera sino que, además, la tierra asignada a las parcelas de palma aceitera ya no puede ser usada para la producción de alimentos en las tradicionales huertas.

“Por lo tanto, nos queda poca tierra para nuestras huertas y ya no hay bosque donde cazar animales salvajes. La tierra que tenemos está siendo utilizada una y otra vez, volviéndose menos apta para la producción de alimentos. Dentro de diez años, nos enfrentaremos a una escasez de alimentos. En realidad la estamos experimentando ahora mismo, pero será peor dentro de diez años. Al desaparecer los bosques, nos faltan proteínas en nuestra dieta”. (Mujer de la aldea Kokoda)

La dependencia de un solo cultivo puede terminar creando problemas económicos. Por ejemplo, la reciente caída abrupta de los precios de las materias primas (incluyendo el aceite de palma) ha puesto en riesgo los futuros ingresos por los frutos de palma aceitera.

Disputas territoriales

Mujeres de diferentes provincias han expresado preocupación por el crecimiento de la población y la futura escasez de tierras debida a la expansión de la palma aceitera. La tierra que nunca antes fue un problema – ya que la densidad de población era bastante baja – se está transformando ahora en un recurso muy escaso. Esto se ve claramente reflejado en las crecientes disputas entre y dentro de los clanes. Según la presidenta del Consejo de Mujeres de Kokoda, las disputas territoriales son un problema importante hoy, y más del 50% de los juicios se relacionan con la tierra.

“Gran parte de la tierra ha sido robada por el Estado y ya casi no nos queda nada de nuestra propia tierra, que nos pertenece por derecho, en base a nuestra historia, cultura y tradición. Esta tierra es nuestra herencia, tenemos derecho a ella desde nuestro nacimiento, pero la compañía nos la ha quitado.” (Mujer de la aldea Kokoda)

Salud

El uso de agrotóxicos en las plantaciones está contaminando ríos y arroyos así como los suelos y el aire, afectando la salud de la gente.

“La salud es una gran preocupación para nosotros ahora. Cuando el sol calienta los químicos fumigados en las propiedades de la empresa e incluso sobre las plantaciones de las aldeas, nosotros los respiramos. Estoy completamente segura de que estamos inhalando sustancias peligrosas y muriendo a cada instante. Algunas mujeres embarazadas tienen bebés que padecen asma al mes o al segundo mes de nacidos. En mi época no sucedía nada así. Los químicos nos están matando; todos moriremos antes de lo previsto.” (Mujer de la aldea Saga)

El trabajo pesado, necesario durante la cosecha y transporte de los frutos, también está afectando a las mujeres:

“No estoy cosechando ahora mi propia palma aceitera por las penurias que pasé, por estar mi propiedad a unos 12 kilómetros de la zona de carga. Es una tarea muy dura la de transportar los racimos hasta la ribera del río y cruzarlos hasta el otro lado sobre tubos de goma. Después de unos 6 años, tuve que renunciar. La mayor parte del tiempo nos enfermamos, sufrimos grandes heridas y hematomas, y generalmente perdemos nuestra salud por todo el trabajo pesado que hacemos, incluso con mal tiempo.” (Mujer de la aldea Botue)

Cómo las plantaciones de palma aceitera afectan a las mujeres

Las mujeres explican cómo la palma aceitera refuerza el control masculino sobre las mujeres:

- Los hombres tienen, a menudo, más control sobre los ingresos de la producción de palma aceitera que las mujeres. Esto se debe, principalmente, a que las empresas de palma aceitera en general tratan con los hombres en lugar de las mujeres. También se debe a que los puestos mejor pagos en una plantación de palma aceitera son ocupados por hombres (es decir la tarea de cortar los grandes racimos de frutos de los árboles).

- La conversión de tierras agrícolas tradicionales a plantaciones de palma aceitera restringe la posibilidad de las mujeres de trabajar la tierra, haciendo más difícil para ellas proveer de alimentos a sus familias. Las huertas son importantes tanto para alimentar a la familia como para vender sus productos en los mercados locales. Las mujeres tienen, en general, el control sobre los ingresos generados en los mercados, pero no sobre los generados por la palma aceitera, los cuales están bajo el control de los hombres. También pierden una posibilidad importante de relacionarse socialmente.

- A menudo, las mujeres sólo reciben una pequeña cantidad del dinero que sus esposos ganan con la palma aceitera, aunque hayan contribuido en la producción de los frutos. Muchas dicen que el dinero que reciben de sus maridos luego de la fecha de pago sólo alcanza para comprar en el almacén los alimentos para un par de días.

- Las familias ahora dependen de los alimentos comprados, ya que hay menos tierra para las huertas y el cultivo de subsistencia.

- La violencia doméstica se ha vuelto corriente cerca de la fecha de cobro. A menudo los hombres despilfarran el sueldo en juegos de azar y cerveza, mientras las mujeres luchan por obtener dinero para comprar elementos esenciales para el hogar.

Promesas no cumplidas

Las plantaciones de palma aceitera, presentadas como una nueva panacea que daría lugar a muchas mejoras en Papúa Nueva Guinea, no estuvieron a la altura de las expectativas.

Durante el taller, las mujeres expresaron diversas quejas:

“La única muestra de resultados en la aldea son los comercios que se construyeron con nuestro dinero, ganado con la palma aceitera. Pero estos comercios trabajan a ritmo zafral; se surten por completo cuando las cosechas son grandes (y los precios altos) y a veces (cuando los precios son bajos), no tienen mercadería.

Esto en cuanto a servicios comerciales. Otros servicios, como escuelas, salud y transporte, son prácticamente nulos en nuestra aldea. Muchas veces nuestros niños se quedan en casa y se pierden de ir a la escuela porque la aldea está inundada y no pueden cruzarla. A causa de ello, construimos nuestra propia escuela primaria utilizando chapa ondulada y madera, para que nuestros niños puedan recibir educación fácilmente, pero el inspector escolar dijo que no tenemos suficientes niños. Actualmente, tenemos menos de 30 niños y necesitamos más que eso para calificar como escuela primaria. Entonces, ahora nuestros niños deben concurrir a la primaria del Estado de Mamba e ir a la escuela de Kokoda, lo cual representa una distancia importante para un niño de 5 a 7 años de edad.”


Entre las resoluciones del taller realizado en PNG, las mujeres “se unieron en una sola voz”, reclamaron el reconocimiento de sus derechos en todos los procesos de toma de decisiones y exigieron que se ponga fin a la expansión de palma aceitera.

- Nigeria: plantaciones de caucho de Michelin destruyen medios de vida de las mujeres

“No quiero dinero. Quiero recuperar mi tierra…si hoy me dieran un millón de nairas [la moneda local], de todas formas me quedaría sin nada, pero si tengo mi tierra siempre puedo cultivarla para cuidar a mi familia y posiblemente dejarla en herencia a mis hijos.” (Mujer de Iguoriakhi)

Michelin, la empresa transnacional con sede en Francia, que es una de las mayores productoras de neumáticos del mundo, comenzó hace poco a establecer plantaciones de caucho en Nigeria.

Todo comenzó el 29 de mayo de 2007, cuando más de 3.500 hectáreas de la Reserva Forestal de Iguobazuwa – incluyendo tierras agrícolas de propiedad individual y comunal – fueron adjudicadas a Michelin para que las convirtiera en plantaciones de caucho. Éste fue un trato ilegal, realizado sin el consentimiento de los miembros de la comunidad y sin realizar una Evaluación de Impacto Ambiental adecuada.

Iguobazuwa alberga a una población de más de 20.000 agricultores, 85% de los cuales depende del denso bosque para su sustento cotidiano. El bosque es rico en diversidad biológica, incluyendo animales como monos, antílopes, tortugas, caracoles y pájaros. Iguobazuwa es también un lugar donde se producían cultivos alimenticios como mandioca, ñame, plátano, ananá, melón, maíz y vegetales, ya sean comestibles o medicinales.

Las aldeas que rodean el bosque Iguobazuwa son Aifesoba, Iguiruakhi, Igueihase, Ora, Amienghomwan, Ugbokun, Obaretin, Obosogbe, Okoro e Iguobazuwa. Si bien las tierras boscosas pertenecen por ley al Gobierno, en 1972 las aldeas adquirieron derechos sobre ellas, y algunas partes de esos bosques fueron adjudicadas a los miembros de la comunidad de manera rotativa, para dedicarlas a la agricultura.

En diciembre de 2007, Michelin arrasó las 3.500 hectáreas de bosques así como las tierras agrícolas de la gente, dejando sin compensación alguna a los miembros de la comunidad afectados. Los lugareños se encontraron, de un día para otro, con sus recursos y su sustento (su bosque y sus tierras agrícolas) completamente destruidos. Las comunidades de Iguobazuwa perdieron todo.

En mayo de 2008, la empresa comenzó a plantar los árboles de caucho. Si bien los árboles están aún en una etapa temprana, la experiencia en muchos otros países muestra que las comunidades deberán enfrentar también los impactos adicionales que resultan de las propias plantaciones.

“Dos años después de la muerte de mi esposo comencé a cultivar… Michelin llegó con su topadora diabólica y destruyó todo lo que había plantado. Yo lloraba… trataba de detenerlos; ellos amenazaron con pasarme por encima con el bulldozer si no les dejaba libre el camino.”

Agricultoras ahora sin trabajo…

La llegada de Michelin al bosque de Iguobazuwa, luego de 300 años de coexistencia pacífica de las aldeas, no trajo más que hambre, desnutrición, enfermedades, pobreza, contaminación del aire y el agua, erosión del suelo, dislocación social, aumento de los vicios sociales, alteración de las antiguas prácticas tradicionales, falta de madera para combustible y de carne de animales salvajes.

Las granjas destruidas habían producido una gran diversidad de cultivos alimenticios:

“Yo tenía dos acres de tierra arable donde plantaba mandioca, plátanos, ananá, ñame y pimientos. Ahora, la granja desapareció y no tengo otra fuente de alimentos o sustento”. (Mujer de la aldea Aifesoba)

La mayoría de las mujeres que contaron sus experiencias dijeron que usualmente el hombre prepara la tierra para plantar y la mujer se ocupa del resto de las actividades, desde la siembra hasta la cosecha. Así, son las mujeres quienes usan la tierra para los cultivos agrícolas. Ahora que sus tierras han sido destruidas, las mujeres se han convertido en trabajadoras agrícolas de otros establecimientos de las aldeas y bosques cercanos que aún no han sido afectados por el avance de Michelin; otras han quedado sin trabajo y sin comida.

“Michelin ha destruido nuestras granjas. Me siento desgraciada por sus acciones. Las granjas nos proveían alimentos para nuestras familias. Yo solía ayudar a pagar la cuota de la escuela de mis hijos. Queremos que paguen por nuestros cultivos y nuestras tierras. Deberían dejar nuestras tierras para nosotros. Queremos que nos devuelvan nuestra tierra. Nuestras vidas dependen de ella. Ahora no tenemos trabajo. Ya no tenemos vernonia, verdolaga ni hojas de zapallo. Mi esposo ha estado desocupado por años; no podemos permitirnos depender de nuestros maridos para todo. Queremos que Michelin nos compense…el valor de lo perdido es demasiado alto para ser ignorado.” (Mujer de la aldea Aifesoba)

…y sin un centavo

Usualmente, las mujeres obtienen dinero vendiendo los productos de la granja en el mercado local. Por consiguiente, el robo de sus tierras ha afectado en gran medida a las mujeres, ya que muchas de las responsabilidades para la manutención de la familia recaen sobre ellas, por lo cual no tienen más opción que recurrir a trabajos de poca importancia para sobrevivir.

“¿Acaso no nos están obligando a salir a robar? Me sacaron mis cuatro acres de tierra y la fuente de sustento para mi familia. Me echaron de la granja mientras estaba trabajando, sin explicación ni compensación alguna. Mi esposo perdió su trabajo como chofer en la ciudad y yo tengo cuatro hijos, que ya no van a la escuela por no poder pagar las cuotas.” (mujer de la comunidad Aifesoba)

La mayor parte de las mujeres se dedican ahora a la agricultura de subsistencia de pequeña escala en el jardín de su casa. Algunas compran mandioca a quienes tienen, y cuando madura la procesan para venderla.

Sin sus plantas medicinales

Además de encargarse del agua para las actividades domésticas, de la provisión de ropa y de la recolección de semillas y frutos, las mujeres son responsables de recolectar plantas medicinales que son vitales en las prácticas tradicionales de las comunidades locales vinculadas a la salud. Debido a la desaparición de los bosques, ahora las mujeres deben ir muy lejos – a una distancia de 15 km como mínimo – para conseguir hierbas para el tratamiento de algunas dolencias.

“Estoy embarazada y enferma, y las hierbas no se encuentran por ningún lado. En el pasado solíamos ir al bosque a buscar hierbas para curar todo tipo de dolencias. Hay algunas enfermedades que la medicina ortodoxa no puede curar; pero ahora no podemos acceder a las hierbas porque Michelin arrasó nuestros bosques. Como puede ver, mis piernas y extremidades están hinchadas; a diferencia de antes, cuando estaba embarazada, ahora ya no puedo conseguir aquellas hierbas, tan eficaces para mi condición.” (Mujer de Aifesoba en una etapa avanzada del embarazo)

Como dice una mujer de Iguoriakhi:

“Sólo sabemos que Michelin está causando el daño. Son la gente que vemos. En el pasado nos alimentábamos del bosque; nuestra vida dependía del bosque. Hay mucha gente de mi comunidad que no sabe dónde quedan los hospitales, porque el bosque cubre sus necesidades medicinales.”

Una mujer de 83 años de la comunidad Iguobazuwa explica la situación de la siguiente forma:

“He vivido en Iguobazuwa por 65 años. Solía ir al bosque a buscar hierbas medicinales para curar a mis hijos cada vez que se enfermaban. Fue del bosque que obtuve las hojas medicinales para tratarme a mí misma todas las veces que estuve embarazada a lo largo de los años.”

Las mujeres luchan por sus derechos

Las mujeres saben que nada bueno para ellas ha resultado ni resultará de las actividades de Michelin en la zona. Están comenzando a organizarse y buscan apoyo. Quieren recuperar sus tierras, que sus árboles sean plantados nuevamente y recibir compensación por todos los cultivos destruidos.

Están decididas a llevar a cabo acciones, marchas de protesta y manifestaciones ante Michelin Nigeria, para hacer valer sus reclamaciones y su decisión de luchar contra todo tipo de plantación de árboles a gran escala en sus territorios.

“Si por mí fuera, no dejaría que siguieran comprando nuestras tierras para plantaciones de caucho… Si por mí fuera, arrancaría de raíz toda la plantación de caucho con mis propias manos… Deberían dejarnos nuestras tierras.”

Para ello, las mujeres deben superar algunos problemas. Como dice una mujer de la comunidad Iguobazuwa:

“En el pasado, solíamos tener una organización de mujeres, pero ahora ya no existe. Esa es una de las razones por las cuales no hemos podido enfrentarlos como grupo. ¡Sin unidad, no hay resistencia!”

Tradicionalmente, las mujeres de Iguobazuwa no habían participado en ninguna actividad de resistencia, pero hace poco algunas mujeres de esa aldea y algunos hombres de Aifesoba y Obosogbe realizaron una marcha de protesta en la ciudad de Benin para denunciar las actividades de Michelin en su localidad.

Más recientemente, las mujeres se han puesto más firmes en cuanto a conocer y ejercer sus derechos, a hacer valer su bosque y a participar más activamente en la toma de decisiones en cuanto a los buenos métodos de manejo del bosque en sus localidades.

En la comunidad de Aifesoba, las mujeres – en compañía de los hombres – realizaron una marcha de protesta hacia la zona de bosque donde los camiones y las topadoras de Michelin estaban derribando árboles. En dos ocasiones los hicieron detener su trabajo; a la tercera oportunidad, Michelin trajo a la policía móvil para vigilarlos, intimidar y espantar a la gente de la comunidad. Como resultado de ello, algunas mujeres de otras comunidades ahora tienen miedo de hacer cualquier movimiento para enfrentar a Michelin, ya que temen ser maltratadas, intimidadas o acosadas, como sucedió con las personas de la comunidad Aifesoba.

Luego del taller de 2 días que tuvo lugar el 4 y 5 de noviembre de 2008, Michelin llamó a algunos miembros de dos aldeas (Aifesoba e Iguobazuwa) de las nueve directamente afectadas, y les pagó una compensación. Un grupo de Iguobazuwa cobró como corresponde mientras que la otra comunidad de Aifesoba cobró lo que su gente describió como migajas ya que, según ellos, distaba mucho de compensar el alcance de la destrucción y no era proporcional al valor de los cultivos destruidos.

Al final del taller, las mujeres emitieron un comunicado en el cual reclamaban una serie de acciones urgentes. Entre ellas, pedían que el actual gobierno del Estado de Edo revisara la venta de la reserva forestal de Iguobazuwa, que Michelin Nigeria les devolviera sus tierras y repusiera cada árbol derribado además de pagar una compensación total por los cultivos destruidos, que la invasión de sus bosques por parte de Michelin Nigeria no sea considerada como un signo de desarrollo sino de empobrecimiento, ya que puso en riesgo sus vidas y su sustento, y que se ponga fin a cualquier otro intento de expansión en sus tierras de Iguobazuwa.

Pero lo más importante es que están decididas a recuperar sus tierras.

- Brasil: mujeres afectadas por plantaciones de eucaliptos alzan sus voces

El consumo mundial de papel se disparó en los últimos 50 años. Tan solo alrededor de un tercio de la producción de papel se utiliza para escribir e imprimir, en su gran mayoría para propaganda. Y casi la mitad del total del papel producido se utiliza para embalaje.

Para garantizar los crecientes niveles de consumo de papel, la industria de la celulosa y el papel está estableciendo gigantescas superficies de plantaciones de árboles a gran escala en países del Sur. Este sector industrial es uno de los mayores generadores de contaminantes del aire y el agua, de productos de deshecho y de gases responsables del cambio climático. También es uno de los mayores usuarios de materias primas y se ubica en el primer lugar mundial del consumo industrial de agua potable y en el quinto de la utilización industrial de energía.

País tras país, la tierra pasa a manos de grandes empresas latifundistas, a menudo extranjeras; las plantaciones de monocultivos de árboles de madera rápida que alimentan la industria del papel y la celulosa terminan desplazando a comunidades locales. De esta situación se derivan graves impactos sociales, ambientales y económicos para las poblaciones y los ecosistemas locales, entre ellos que las plantaciones contaminan los recursos de agua y degradan los suelos.

Las empresas, organismos de ayuda e instituciones europeas cumplen un papel importante en la promoción de la expansión de la industria de la celulosa y el papel en el Sur. Además, los índices de consumo de papel en Europa –junto con los de Estados Unidos- figuran entre los más elevados.

Con destino a los mercados europeos

Si bien la mayor parte de la base de producción para exportación se extiende a lo largo de la costa atlántica, en los últimos tiempos la industria celulósica se ha expandido más intensivamente al estado de Rio Grande do Sul, en la región sur del Brasil, lugar de la “Pampa sul-rio-grandense”. El paisaje de la pampa se caracteriza por una vegetación de pradera en la que predomina un relieve llano, y una vegetación más densa, arbustiva y con árboles en las colinas y a lo largo de los cursos de agua, además de la presencia de humedales. Actualmente la pampa experimenta una transformación muy profunda, en la cual el ecosistema nativo está siendo reemplazado por “desiertos verdes”: los monocultivos de eucaliptos.

Desde 2003 se viene otorgando a las plantaciones forestales licencias ambientales sobre bases precarias, en contravención de normas establecidas y sin haber culminado un Ordenamiento Territorial Ambiental para las actividades de la forestación en el Estado de Rio Grande do Sul.

Aracruz Celulose, Votorantim Celulose e Papel y la sueco-finlandesa Stora Enso son tres grandes actores que se han trasladado a la región. Si bien Aracruz y Votarantim son empresas brasileñas, los mercados a los cuales están destinados sus productos son principalmente países europeos.

La subsistencia diaria en jaque

La expansión de las actividades forestales ha provocado una pérdida de la productividad de la tierra en distintas regiones y ha puesto en jaque las formas de sustento de las familias que optaron por quedarse en las zonas rurales. Ha sido necesario hacer un uso más intensivo de fertilizantes en la agricultura familiar.

En el pasado no necesitábamos arar tanto la tierra, utilizar fertilizantes. Hoy en día tenemos que hacerlo porque si no, no crece nada. Plantábamos arroz porque había pequeños estanques donde además se podía dejar a las vacas lecheras tomando agua. (...) Ahora es difícil siquiera plantar boniato y mandioca; antes teníamos todos los años, ahora no hay más. (Trabajadora rural de Herval)

La producción lechera familiar se hace cada vez más inviable; dado que la leche ordeñada ya no se pasa a recoger cerca de la granja y es necesario transportarla a un lugar más distante. La condición desastrosa de los caminos, causada por la circulación de los pesados camiones de la empresa forestal, dificulta y muchas veces incluso impide la circulación del camión que recoge la producción de leche.

La escasez de agua es otro resultado de las plantaciones de monocultivos de eucaliptos. En São José do Norte el agua no tiene la misma calidad que antes y sólo se la encuentra en pocos sitios.

En otros lugares, los eucaliptos plantados cerca de los predios rurales crearon una barrera contra el viento que impide la circulación de aire y contribuye a que las moscas se propaguen, y con ellas infecciones y enfermedades.

Las cotorras (Myiopsitta monachus) generalmente viven en el bosque. Una vez que éste ha desaparecido encuentran en los eucaliptos un lugar perfecto para construir sus nidos en las ramas más altas, protegidas del ataque de sus enemigos naturales y desde donde pueden encontrar fácilmente comida en los cultivos cercanos. Los pocos productores rurales que todavía plantan maíz sufren el ataque de las cotorras de tal manera que a muchos de ellos los lleva a desistir de seguir sembrando maíz.

Los depredadores jabalíes (Sus scrofa) se han reproducido de manera incontrolada en Rio Grande do Sur y utilizan los monocultivos de eucaliptos como lugar de escondite y refugio.

La vida se ha vuelto más difícil para las comunidades rurales. Pero no solamente para ellas: muchas familias que se han visto forzadas a vender sus tierras a empresas de celulosa, se fueron a vivir a la ciudad. Allí enfrentan condiciones difíciles en cuanto a la subsistencia diaria porque muchos de los integrantes de esas familias tienen una baja escolaridad y eso hace difícil que puedan obtener un buen trabajo. Además, en la ciudad no pueden hacer huertas para la subsistencia de la familia. Las mujeres que van a la ciudad generalmente terminan consiguiendo trabajo como empleadas domésticas en las casas de las familias urbanas:

La pobreza aumenta en las ciudades porque esta gente que vende sus tierras se va a los suburbios. Y al final, ¿se fueron a la ciudad a qué? (Trabajadora rural de Encruzilhada do Sul).

¿Qué trabajos?

Los trabajos que ofrecen las plantaciones son en gran parte para los hombres, mientras que las pocas oportunidades disponibles para las mujeres refuerzan su papel en servicios considerados inferiores y menos visibles. Las tareas llevadas a cabo por las mujeres para las compañías celulósicas son prácticamente insignificantes y suelen trabajar sólo como cocineras de los trabajadores que plantan los eucaliptos. En Barra do Ribeiro la única fuente de empleo que brindan las plantaciones a las mujeres es en el vivero de eucaliptos.

La mayoría de las mujeres que trabajan en los viveros tienen problemas de tendinitis a raíz del tipo de esfuerzos repetitivos. También ha habido casos de graves alergias en la piel –presumiblemente debido a productos químicos utilizados en el trabajo.


Cuando los hombres se van a trabajar a las plantaciones de eucaliptos, las mujeres suelen quedar sobrecargadas, pues deben asumir el cuidado de la familia y hacerse cargo de las tradicionales tareas domésticas sin ayuda. La mujer junto con su familia se queda sola durante largo tiempo y es ella la que debe llevar a cabo también las tareas de la granja.

La violencia que traen las plantaciones

La expansión de los monocultivos de eucaliptos implica la llegada de trabajadores de fuera de la zona y esa irrupción ha dado lugar a formas de acoso sexual así como actitudes machistas y sexistas que han generado situaciones de temor e inseguridad para las mujeres y sus familias. Esto ha significado, obviamente, un revés en la independencia y autonomía de las mujeres rurales, contribuyendo así a un mayor desempoderamiento femenino.

Pérdida de identidad cultural y tradiciones

Durante el taller, uno de los primeros impactos de las plantaciones industriales de eucaliptos al que hicieron referencia las mujeres fue la pérdida de identidad cultural por el hecho de que no pueden vivir como familias de agricultores. Las dificultades son inmensas; las políticas públicas no están dirigidas a los pequeños agricultores, a la agricultura familiar, a la agroecología. Esas dificultades contribuyen al desplazamiento de la población rural hacia las ciudades. Este desplazamiento, si bien no se debe solamente a las actividades de la forestación, provoca una lenta pérdida de la identidad local. Con el éxodo de las familias, gran parte del conocimiento local relacionado con la producción rural en la que las mujeres ocupan un lugar importante, desaparece.

Después de la irrupción de las plantaciones de eucaliptos a gran escala, el cambio más visible comentado por todas las mujeres del taller fue la pérdida de plantas medicinales de la Pampa, que suelen ser recogidas por las mujeres. En Rio Grande do Sul, la tradición de juntar la hierba medicinal Marcela (Achyrocline satureioides) –utilizada con fines digestivos- se ve afectada por la expansión de las plantaciones de eucaliptos. Otras plantas medicinales también pueden verse afectadas por la expansión de los eucaliptos, como es el caso de la Espinheira-santa (Maytenus ilicifolia), utilizada en el tratamiento de gastritis y úlcera.

La resistencia a las plantaciones de eucaliptos

En 2006, en el Día Internacional de la Mujer, dos mil mujeres de la Vía Campesina ocuparon poco antes del amanecer los viveros de Aracruz Celulose en Rio Grande do Sul. En una acción inesperada, con sus rostros tapados por pañuelos lilas, destrozaron miles de plantines de eucaliptos. El movimiento procuró llamar la atención de la opinión pública brasileña sobre los impactos producidos por los monocultivos de eucaliptos y pinos sobre la gente y los ecosistemas locales. Esta manifestación tuvo un fuerte impacto en Brasil y en el resto del mundo.

En São José do Norte numerosas familias rurales están “aisladas” debido a las plantaciones de pinos y eucaliptos. No obstante, están resistiendo la venta de sus tierras.

En Encruzilhada do Sul, el Movimiento de Mujeres Campesinas lleva a cabo proyectos de estrategias y resistencia enfocados en la soberanía alimentaria, a la vez que promueven las huertas comunitarias. También han promovido debates en la comunidad para aclarar el problema de los monocultivos de eucaliptos.

La participación de la mujer en los movimientos de resistencia enfocados en la reforma agraria, la soberanía alimentaria, el mantenimiento de familias en zonas rurales, ha alterado su posición o deberes en la comunidad. Las mujeres han dejado de ser invisibles y han cobrado visibilidad, principalmente por la acción directa llevada a cabo en el vivero de Aracruz en la municipalidad de Barra do Ribeiro en 2006. El 8 de marzo de 2007, 1.300 mujeres de la Vía Campesina realizaron cuatro ocupaciones de tierras pertenecientes a empresas forestales, para denunciar que el desierto verde está deteniendo la reforma agraria y haciendo inviable la agricultura campesina. En el año 2008, nuevamente en el marco del Día Internacional de la Mujer, 900 mujeres miembros de la Vía Campesina en Rio Grande do Sul ocuparon 21.000 hectáreas de plantaciones de monocultivos de eucaliptos pertenecientes a la compañía transnacional sueco-finlandesa Stora Enso, en la zona fronteriza con Uruguay. Las mujeres cortaron los eucaliptos y los reemplazaron por árboles nativos. La policía atacó luego violentamente la manifestación.

En todos lados las empresas forestales tratan de impedir la lucha contra los monocultivos de eucaliptos interfiriendo en las actividades y la vida locales para armarse una buena imagen de responsabilidad social institucional:

Estas empresas parecen un gran pulpo que mete sus tentáculos en todos los rincones de la sociedad. (Pescadora de São José do Norte)

Las mujeres están jugando un papel de liderazgo en la lucha contra la expansión de los monocultivos de árboles. Tienen el potencial de hacer “que lo nuevo ocurra”. La unificación de la acción de las mujeres urbanas con la acción de las mujeres rurales fortalecerá la lucha contra la expansión de los mega proyectos de las empresas celulósicas en la Pampa sul-rio-grandense.

HERRAMIENTAS PARA LA ACCIÓN

- Video: “Las mujeres alzan sus voces contra de las plantaciones de árboles”

Si luego de leer los artículos anteriores usted (como mujer dentro de una organización, como integrante de un movimiento de mujeres, como activista sobre asuntos de derechos humanos, como ambientalista, como periodista, como miembro de una asociación de consumidores, como activista en asuntos climáticos, comerciales, de salud, etc.), se está preguntando qué puede hacer para comenzar a cambiar la situación actual, tenemos algunas ideas que esperamos puedan ser de utilidad.

Con tal propósito, hemos desarrollado una herramienta audiovisual (por ahora sólo en inglés) que presenta los resultados de los estudios de caso resumidos en este boletín y explica cómo y por qué ello está sucediendo. El video en inglés, titulado “Las mujeres alzan sus voces contra de las plantaciones de árboles”, puede verse en: http://www.wrm.org.uy/Videos/Women_Voices.html

La información presentada en el video está complementada con un resumen del informe completo que incluye los resultados de los talleres. Se puede acceder en: http://www.wrm.org.uy/subjects/women/summaryreport.pdf

Hay muchas cosas que usted puede hacer con estas herramientas. A continuación enumeramos algunas sugerencias para la acción:

- Si Ud. participa activamente en una organización, puede invitar a sus miembros a ver y discutir el video. - Si su organización tiene una página web o un blog, puede publicar el video y el informe.
- Puede enviar el material a los representantes de su gobierno.
- Puede simplemente enviarlo a sus amigos por correo electrónico.
- Puede enviarlo a organizaciones de mujeres, locales, nacionales e internacionales.
- Puede difundirlo a través de listas de correo electrónico.
- Puede mostrarlo en sus centros educativos.
- Puede enviarlo a los medios locales.
- Puede traducirlo a su propio idioma.

- Más información sobre mujeres en el sitio web del WRM

El WRM tiene, en su sitio web, una sección especial sobre Mujeres, Bosques y Plantaciones a la cual puede accederse en http://www.wrm.org.uy/temas/mujeres.html

La sección incluye un informe sobre “El papel de la Unión Europea en el desempoderamiento de las mujeres del Sur a través de la conversión de los ecosistemas locales en plantaciones de árboles”. El informe (en inglés), publicado en marzo de 2009, resume los resultados de tres talleres sobre los impactos de las plantaciones sobre las mujeres, que fueron realizados en Nigeria (caucho), Papúa Nueva Guinea (palma aceitera) y Brasil (eucalipto). http://www.wrm.org.uy/subjects/women/fullreport.pdf

Esta sección también contiene dos publicaciones enfocadas en los impactos de diferentes tipos de plantaciones sobre las mujeres:

- “Mujeres, Comunidades y Plantaciones en Ecuador. Testimonios sobre un modelo forestal social y ambientalmente destructivo”. Ivonne Ramos y Nathalia Bonilla, octubre de 2008. http://www.wrm.org.uy/paises/Ecuador/Libro_Mujeres.html

- Mujeres y Eucalipto. Historias de Vida y Resistencia. Impactos del monocultivo de eucaliptus sobre mujeres indígenas y quilombolas en Espírito Santo, Brasil. Gilsa Helena Barcellos y Simone Batista Ferreira, noviembre de 2007. http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/Libro_Mujeres.html

Además, en la sección se incluyen todos los artículos publicados a lo largo de los años en el boletín del WRM, así como el libro “Mujer, bosques y plantaciones: una Dimensión de Género”, publicado en 2005. http://www.wrm.org.uy/temas/mujer/libro.html

Boletín Mensual del Movimiento Mundial por los Bosques

Este boletín también está disponible en inglés, francés y portugués

Editor: Ricardo Carrere

Movimiento Mundial por los Bosques