Este informe fue presentado por la MSc Judith Kuan, economista del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN) y fue expuesto en el inicio del foro electrónico La Crisis Alimentaria: Retos y Oportunidades en los Andes, este y otros informes presentados por diversos organismos internacionales, han permitido a los participantes conocer a plenitud los diversos problemas que han conducido a la elevación de los precios de los alimentos y se han propuesto medidas urgentes para enrumbar a los países andinos hacia la seguridad y soberanía alimentaria. Sin embargo las medidas de urgencia dadas en el presente informe dejan espacio para que productores y consumidores hagan sus propuestas a fin de ser discutidas en futuras reuniones.
Por: Judith Kuan
CONDESAN
La crisis alimentaria que se está produciendo en el mundo amenaza el logro de la reducción drástica del hambre, el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmado por 189 países miembros de la Naciones Unidas en el año 2000.
La crisis alimentaria mundial se manifiesta en el hecho que un tercio de los 6 mil millones de habitantes sufre de hambre crónica, y aproximadamente el 50% de la humanidad sufre de diversas formas de malnutrición. Las Naciones Unidas informan que alrededor de 18,000 niños mueren diariamente, en el mundo, por razones de mala nutrición.
Se está produciendo un fuerte deterioro en la calidad, cantidad y frecuencia de la ingesta de alimentos que afecta los niveles de nutrición, especialmente de los niños de los sectores más pobres de la población, con un alto costo social.
La situación actual es más grave porque se mezclan fenómenos de carácter estructural o de largo plazo y otros coyunturales, de corto plazo.
Alcances
Durante el primer trimestre de 2008, los precios nominales internacionales de los principales productos alimentarios alcanzaron los niveles máximos de casi los últimos 50 años, mientras que los precios en términos reales fueron los más altos en casi 30 años.
Las recientes e importantes subidas de los precios de algunos productos básicos indican una mayor volatilidad e inseguridad en el contexto actual de los mercados. El promedio del índice de precios del primer trimestre de 2008, comparado con su similar de 2007, se ha elevado a 53 %. Los aceites vegetales, se encarecieron en más del 97 % durante el mismo periodo, seguidos por los cereales con un encarecimiento del 87 %, los productos lácteos con un 58 % y el arroz con un 46 %. Los precios de los productos cárnicos y el azúcar también aumentaron, pero en un grado menor.
Según evaluación del Banco Mundial, los precios de los alimentos se han incrementado en 26 % entre el 2004 y el 2007 y se espera que se mantengan sobre el nivel alcanzado en el 2004, hasta el año 2015. Las proyecciones estimadas por la FAO y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), prevén también un alza en los valores promedio de los precios de los alimentos hasta el 2017.
El alza del precio de los alimentos podría incidir en que 100 millones de personas caigan en problemas de hambre, incrementando los 852 millones que actualmente sufren hambre. El impacto negativo afectará sobretodo a las poblaciones en condiciones de pobreza. En el mundo, alrededor de 3 mil millones de personas sobreviven con dos dólares diarios, de los cuales el 80% se destina a la compra de alimentos.
En el Informe 2008, la UNICEF señala que en el mundo entero mueren diariamente, como promedio, más de 26.000 niños menores de cinco años, siendo la desnutrición la causa subyacente de hasta el 50% de tales defunciones.
Factores que inciden en la Crisis mundial de alimentos
Son diversos y numerosos los factores que se citan, que en mayor o menor intensidad, inciden en la crisis mundial de alimentos. Algunos son factores estructurales y otros temporales, aunque posiblemente por recurrencia y consolidación estos segundos, en algunos casos, se puedan convertir en factores de tipo permanente.
Este análisis aún no está del todo claro, y se presentan diferentes posiciones respecto a la relevancia de los factores de incidencia. A continuación, más que sentar una posición, presentamos un ordenamiento que permita la reflexión sobre el tema.
Factores temporales:
- El alza de precios de la energía
El alza de precios de los combustibles ha incrementado los costos de producción de los productos agrícolas, especialmente en los países desarrollados. En general, el índice de precios de la energía Reuters-CRB, se multiplicó por más de tres veces desde 2003, encareciendo la producción, el transporte y la comercialización de los alimentos.
- La demanda por biocombustibles
El mercado emergente de los biocombustibles constituye una fuente de demanda nueva e importante para algunos productos agrícolas, como el azúcar, el maíz, la yuca, las semillas oleaginosas y el aceite de palma. Estos productos, que se han empleado principalmente como alimento y/o forraje, se están cultivando ahora como materia prima para la producción de biocombustibles. Alrededor de 100 millones de toneladas de cereales se han desplazado de la atención del consumo humano a la producción energética.
La demanda adicional de maíz (materia prima para la producción de etanol) y colza (materia prima para la producción de biodiesel) ha mostrado el mayor impacto potencial sobre los precios, con mayor efecto en Estados Unidos (se prevé que más del 30 por ciento de la cosecha de maíz de 2008 se desviará a las destilerías de etanol) y en la Unión Europea, (se calcula que el sector del biodiesel ha absorbido aproximadamente el 60 por ciento de la producción de aceite de colza de los estados miembros en 2007).
Los precios reales de los productos básicos tendieron a la baja, durante las últimas cuatro décadas, lo que llevó a varios países en desarrollo (Estados Unidos y en la Unión Europea) a sustituir la siembra de cereales no rentables por productos para la producción de biocombustibles. A medida que crezca la capacidad de producción y aumente el grado de intercambiabilidad entre los biocombustibles y los combustibles fósiles desde el punto de vista de la demanda, se puede esperar que las relaciones entre los precios sean aún más estrechas.
- Reducción de la oferta de alimentos (producción, reservas y exportaciones)
La reducción en la oferta de cereales se debe a la disminución de la producción en los principales países exportadores, que comenzó a disminuir en 2005 y continuó en 2006, con una reducción anual del 4 y el 7 por ciento respectivamente. El rendimiento en Australia y Canadá disminuyó en aproximadamente una quinta parte en conjunto, y en otros países la tendencia fue igual o inferior.
Temporalmente, la ocurrencia de catástrofes climatológicas que afectaron grandes productores de granos contribuyó con la reducción de la oferta.
Otro factor atribuible a la reducción de la oferta es la reducción gradual del nivel de reservas, especialmente de los cereales, desde mediados de la década de los 90. Los niveles de reservas mundiales se han reducido desde el suceso de precios altos experimentado en 1995, en un 3,4 % de media anual, debido a que el crecimiento de la demanda ha superado a la oferta.
Por otro lado, frente a la crisis, muchos países optaron por prohibir o contraer las exportaciones de alimentos, lo que ha elevado aún más los precios. El Banco Mundial ha indicado que 28 países han impuesto prohibiciones a la exportación de alimentos.
- Presión especulativa y financiera, y subsidios
La presión especulativa sobre los productos básicos a raíz de la crisis financiera, el incremento de la liquidez en determinadas partes del mundo, el interés de los fondos de inversiones en los mercados de futuros de los ‘commodities’, así como la especulación de grandes ‘brokers’ en la oferta de alimentos, han influido en el alza de precios de los alimentos.
En algunos mercados agrícolas, el hecho que el precio de la mayoría de productos agrícolas se exprese en dólares americanos, y a su vez, por la devaluación de esta moneda frente a muchas divisas durante los últimos años, se han producido perjuicios en sus evoluciones.
Así mismo, el recurrente mantenimiento de altos niveles de subsidio y de protección a la producción agropecuaria por parte de los países industrializados, continúan distorsionando la transparencia de los precios del mercado, presionando en el alza de los precios de los productos básicos.
Factores estructurales:
- El crecimiento de la población y la urbanización
Desde hace cinco décadas la población mundial ha aumentado en 2.6 veces, con un crecimiento de 78.5 millones cada año. Las proyecciones poblacionales estiman que al año 2020, la población alcance los 8.9 mil millones de habitantes. Según informe de la FAO, para satisfacer las necesidades de alimentos de la población mundial, se requerirá producir 50% más al año 2015.
Durante el presente siglo se está produciendo una migración galopante hacia las zonas urbanas. Von Braun (2007) indica que la población urbana mundial ha crecido más que la población rural durante las tres últimas décadas, y se prevé que el 61 % de la población mundial viva en zonas urbanas. El proceso de urbanización va acompañado con cambios en el estilo de vida, que demandan más recursos energéticos y mayor consumo de alimentos no propiamente nativos.
- El desarrollo económico y los cambios en la dieta
Durante las últimos cincuenta años el PBI se ha incrementado 7.7 veces, a su vez las relaciones económicas y comerciales han cambiado drásticamente, con una mayor velocidad en las comunicaciones, con avances científicos y tecnológicos y cambios en los estilos de vida.
El incremento en la capacidad adquisitiva de poblaciones de clase media de los países emergentes, como China e India, presionan por la mayor demanda de alimentos, especialmente de productos cárnicos que demandan una mayor extensión de tierra agrícola para la producción de alimentos.
Generalmente se ha considerado que el mayor incremento en la demanda por cereales proviene de China e India, sin embargo, desde 1980, las importaciones de cereales de estos dos países han mostrado una tendencia a la baja, con un descenso medio anual del 4 %; además, la política de China está orientándose al autoabastecimiento de granos. La situación de los cultivos de aceite es diferente, ya que se ha experimentado un aumento significativo de las importaciones de semillas oleaginosas, harinas oleaginosas y aceites en estos dos países, desde 1996.
Cabe resaltar que pese al alza de los precios, el consumo mundial de alimentos y forraje continúa mostrándose fuerte, con una suave elasticidad en la demanda.
- El cambio climático
El Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (2007)afirma que la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero se ha incrementado como resultado de la actividad humana.
La acumulación del CO2 se considera como la principal causa del cambio climático en el planeta. Las perspectivas no son nada optimistas y es probable que continúen sucediendo alteraciones climatológicas como sequías, inundaciones y huracanes, producto del incremento de la temperatura media global y otras alteraciones.
Respecto a la oferta de alimentos, el impacto del cambio climático, con mayores efectos en Australia, China, Bangladesh y Vietnam, ha provocado drásticas caídas en la oferta de cereales.
En el Protocolo de Kioto los países se comprometieron a reducir las emisiones de CO2 en 8% entre el 2008 y el 2012, pero aún los compromisos efectivos no son del todo sólidos.
Referencia de Efectos Generales de la Crisis en los Países Andinos
La situación de la crisis mundial de alimentos implica nuevos retos que los países andinos deberán afrontar, pero también abre nuevas oportunidades en su desarrollo. A continuación resaltamos las oportunidades y fortalezas más importantes, así como las amenazas y riesgos que podemos considerar en el análisis de esta situación.
Oportunidades y fortalezas
- Mayor demanda de alimentos
La mayor demanda de productos alimenticios, tanto por parte del mercado interno como del externo, puede ser una oportunidad para los pequeños productores; pero se presentan limitaciones, en cuanto al aprovechamiento efectivo del alza de los precios de los productos agropecuarios por este sector, especialmente debido a inequidades en las cadenas de valor y a la falta de transparencia en las relaciones comerciales.
Por otro lado, existen limitaciones en el corto plazo, para poder incrementar la oferta productiva. Es conocido que el desarrollo de la actividad agraria en nuestros países, no siempre ha contado con la prioridad de inversión de los gobiernos (principalmente en infraestructura y tecnología de producción, almacenamiento, comercio y transporte) por lo que es necesario analizar sobre las medidas que se requieren implementar para aprovechar mejor las oportunidades de un incremento en la demanda de alimentos y que el beneficio llegue a los pequeños productores.
- Gran biodiversidad y organización comunal en los países andinos
Los países andinos concentran el 25% de la biodiversidad de la Tierra, con 84 de las 114 zonas de vida del planeta y 28 de los 34 climas del orbe.
La producción de cultivos andinos, marca una magnífica oportunidad en la sustitución de importaciones y en las exportaciones. Por su mayor contenido de nutrientes y menores costos de producción, constituyen una alternativa interesante para la provisión local y nacional de alimentos de calidad.
Por otro lado, la organización de tipo comunal en las zonas rurales, representa una fortaleza para hacer frente a problemas de hambre y favorable para el desarrollo de los cultivos andinos.
Amenazas y riesgos
- Pobreza estructural (con alta desnutrición crónica)
De acuerdo a cifras de FAO, las condiciones de subnutrición en los países de la CAN han descendido de 24% a 13% en los períodos 1990-1992 y 2002-2004, respectivamente. Este es un logro importante, pero la subnutrición andina aún se ubica por encima de los niveles promedio alcanzados en América del Sur y en America Latina & El Caribe, en general.
Además hay que tener presente otros hechos, y es que dado los altos índices de desigualdad en la distribución del ingreso se ha generado, en los países andinos, una situación de pobreza estructural, con altos niveles de pobreza extrema, inseguridad alimentaria y de desnutrición crónica en niños menores de cinco años. Las condiciones de pobreza y extrema pobreza son más graves en las zonas rurales y en las zonas urbanas marginales, dónde los indicadores de pobreza y desnutrición se mantienen casi inalterables o que en algunos casos se han visto agravados. La población rural acumula el 47% de la población en extrema pobreza de la región.
En la Región Andina, el Informe del Programa Mundial de Alimentos de la FAO, ha identificado dos países con crisis alimentaria potencial: Bolivia y Ecuador. Bolivia es el país de la CAN con los niveles más altos de subnutrición (23% para el periodo 2002-2004).
- Inflación y alza de precios de los alimentos en mayor porcentaje
Estudios efectuados por el Internacional Food Policy Research Institute (IFPRI) señalan que en América Latina, donde existe una elevada participación de los alimentos en el Índice de Precios al Consumidor (entre 23% a 50%) el alza de los precios de los alimentos ha presionado el alza de la inflación general interna.
- Sectores más vulnerables
Las familias pobres de las ciudades y aquellos de las zonas rurales que son predominantemente compradores netos de alimentos, serán los más perjudicados. En las poblaciones pobres, el consumo por alimentos representa el 80% del gasto. Muchas veces la limitación no está en la ‘disponibilidad’ de alimentos, si no que el problema es el ‘acceso’ a los alimentos por parte de las poblaciones menos favorecidas.
En forma análoga, los países importadores netos de alimentos, como grasas, granos y lácteos e importadores netos de energía, serán los más afectados.
- Cambio climático
La progresiva pérdida de los glaciares en los países andinos, el incremento promedio de la temperatura del aire y de los océanos, la elevación del promedio global del nivel del mar y la mayor frecuencia e intensidad de desastres naturales, expresan el cambio climático que amenaza a la región.
¿Qué medidas son necesarias en los países andinos?
Es necesario reflexionar sobre diferentes tipos de medidas que se requerirán implementar en el corto y mediano plazo en la región andina.
La FAO recomienda “adoptar de forma inmediata un enfoque de doble componente con el objetivo de i) mitigar el impacto del elevado precio de los alimentos y los combustibles sobre los grupos de población más débiles mediante redes de seguridad y transferencias directas, y ii) implementar políticas y programas destinados a promover el desarrollo rural y agrícola a corto y largo plazo”.
En forma similar, los economistas de la ONU recomiendan, pensando en el mediano y largo plazo: “el despliegue de intervenciones estratégicas e inversiones públicas en el sector agrícola, así como un replanteamiento del proceso de industrialización y un mejor equilibrio entre políticas económicas y sociales”.
Bibliografía
- BM, 2008. Informe sobre seguimiento mundial 2008.
- CAN, 2008. El Cambio Climático no tiene Fronteras – Impacto del Cambio Climático en la Comunidad Andina.
- CEPAL, 2005. Hambre y desigualdad en los países andinos. La desnutrición y la vulnerabilidad alimentaria en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
- FAO, 2008. Conferencia de Alto Nivel Sobre La Seguridad Alimentaria Mundial: Los Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía - Roma, 3 – 5 de Junio de 2008. Aumento de los Precios de los Alimentos: Hechos, Perspectivas, Impacto y Acciones Requeridas.
- FAO, 2008. Panorama del Hambre en América Latina & El Caribe 2008.
- FAO-OCDE, 2008. Informe Perspectivas Agrícolas de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico.
- ONU, 2008. El Informe Económico y Social del 2008 del departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas
- SELA, 2008. Reunión Regional de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe.
- UNICEF, 2008. Informe Anual.
- Von Braun, 2007. The World Food Situation – New Driving Forces and Required Actions.
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