martes, 28 de octubre de 2008

Cambios urgentes en Agricultura, en el aparato estatal y la sociedad civil para enfrentar la pobreza en los Andes

La situación en que se encuentran las comunidades campesinas altoandinas, donde se encuentran los productores alpaqueros y productores vicuñeros, no es conocida a profundidad y por dicha razón los programas y/o proyectos que se ejecutan para lograr su desarrollo social y económico, nunca han dado los resultados esperados. Esto lo podemos comprobar si revisamos los cientos de proyectos que han ejecutado instituciones publicas como el Fondo Nacional de Compensación para el Desarrollo Social (FONCODES), lo efectuado por el ex-Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS) y muchos organismos de la sociedad civil, que por lo general han vivido a expensas de las carencias de miles de productores que cada año empobrecen más. Aún hoy, muchas de los organismos no gubernamentales claman por la vuelta del CONACS, así voceros del Instituto Peruano de la Alpaca y los Camélidos (IPAC) aprovechando el desconocimiento de los medios de comunicación y de las autoridades de gobierno, indican que nuestro vecino país del Sur está aprovechando de nuestros mejores ejemplares de alpacas para realizar exportaciones a países de norteamérica y oceánicos; esto no es algo nuevo. Sin embargo, dicha entidad nunca dijo nada cuando empresas peruanas como Sallalli Alpacas Peruanas de Exportación S.A., efectuaba – y seguramente sigue efectuando – exportaciones de nuestro mejor material genético, de alpacas de la raza Suri y aún alpacas de color. Tampoco menciona nada del otorgamiento de alpacas de “alta calidad genética” al Fundo Los Sauces, de propiedad de la empresa Mitchell S.A., de acuerdo al informe presentado por la comisión de transferencia del CONACS en junio del 2001, de los graves indicios de corrupción encontrados dentro del CONACS según el Informe de Auditoria Nro. 017-2001-2-0052 de la Oficina de Control Interno del Ministerio de Agricultura (MINAG) y sobre lo efectuado por el ex-presidente del CONACS, Tito Bonicelli, de autorizar la venta de vicuñas a una empresa minera del norte, cuando lo lógico era programar un repoblamiento de la especie en comunidades campesinas aptas para ello.

Tampoco podemos dejarnos engañar por funcionarios públicos que expresan que los productores alpaqueros están logrando exportaciones importantes. Los que están logrando estos ingresos son empresarios que ya han tenido contactos con el mundo exterior y/o intermediarios que exportan alpacas seleccionadas y productos confeccionados a base de la preciada fibra de este camélido. Además – como ya hemos manifestado con anterioridad – el Programa Sierra Exportadora sólo favorecerá a regiones donde la agricultura es apta para productos exportables y que son requeridos por países industrializados, pero en las regiones altoandinas – salvo la fibra de los camélidos andinos, hoy en manos de empresas transnacionales – no tenemos mayores productos exportables y aún no se observa labor del MINAG, ni de otras instituciones públicas a fin de promover el cultivo de productos que desarrollan en alturas superiores a los 3,500 m.s.n.m. y que podrían dar lugar a industrias con productos que podrían cubrir el mercado interno. Para ello – el MINAG – debe realizar programas de organización y capacitación campesinas que permitan que los productores altoandinos puedan colocar sus productos en el mercado regional, nacional e internacional, debe igualmente informar sobre lo que acarrearía a los comuneros si permitimos que se cree un “mercado de tierras”, ya que al derogarse el Decreto Legislativo Nro. 1015, el gobierno – al parecer – seguirá insistiendo en la búsqueda solapada a fin de crear las condiciones para el resurgimiento de los latifundios y de las grandes empresas agroexportadoras, dejando de lado la seguridad alimentaria de los peruanos y permitiendo que la pobreza siga creciendo en las regiones altoandinas.


ACCIONES URGENTES

1. Reestructuración del Ministerio de Agricultura.- El MINAG debe ocuparse de estructurar una forma de control de la producción y productividad más real, de establecer las necesidades del mercado interno, de la seguridad alimentaria de la población. Debe estructurar una oficina de extensión agropecuaria eficiente, con las herramientas necesarias para desarrollar su labor en todas las áreas rurales y muy especialmente en las regiones altoandinas. Es necesario que incentive la producción de alimentos orgánicos, para ello es necesario desarrollar investigaciones productivas de fertilizantes y pesticidas orgánicos; en esto ya se ha avanzado bastante. Los técnicos extensionistas deben ser los ejes sobre quienes debe darse los préstamos para los productores, ello debe ser parte de su trabajo, sus metas y objetivos y también ser pasibles de control y fiscalización. Para enfrentar el cambio climático es necesario tener una oficina con los profesionales que tienen amplio conocimiento sobre este fenómeno de la naturaleza, de estos estudios debe originarse las recomendaciones para todos los productores del Perú, en lo referente a que cultivos son los más recomendables en estos casos y que cambios se deben producir en las crianzas.

2. Erradicación de la corrupción.- Muchas autoridades – de instituciones mundiales – consideran al Perú como un país que está despegando económicamente, pero que le falta mucha creatividad para generar trabajo, donde existe alta corrupción y donde debe haber una reforma de los programas sociales a fin de hacerlos más incluyentes. Por lo tanto debe ser menester de la sociedad civil, la cooperación internacional y del gobierno, buscar las formas de realizar inversiones que permitan la erradicación de la extrema pobreza y la reforma del Estado a fin de erradicar la “corrupción extrema” que existe al interior del aparato estatal, quizás esto sea más importante, ya que la corrupción que existe en las instituciones públicas está permitiendo que la pobreza siga creciendo. Hemos observado la creación de la Oficina Nacional Anticorrupción y su desaparición, con lo cual se puede afirmar que sólo se ha querido dar la impresión que se quiere combatir la corrupción existente en los diferentes niveles del gobierno, para luego tranquilizar a los corruptos. Esto nos hace pensar que para seguir creciendo económicamente y permitir que haya tranquilidad en las diferentes regiones del país, es necesaria una reforma del Estado que permita que dentro de los diferentes sectores del gobierno se formen Consejos de supervisión que velen por el cumplimiento de programas, fines y objetivos que son expuestos en el Legislativo por los diferentes ministros a fin de recibir la aprobación de sus anteproyectos de presupuesto, además – este Consejo – debe observar el fiel cumplimiento de las leyes y otros dispositivos legales que son promulgadas o expedidos para el mejor funcionamiento y desarrollo de cada sector. Estos Consejos deben estar integrados por representantes de los colegios profesionales, de los gobiernos locales, de los gobiernos regionales, de los organismos no gubernamentales y de las instituciones públicas del sector. Para efectuar lo anterior y otros cambios que favorezcan a los pequeños productores, es necesaria la reestructuración de nuestra Carta Magna y complementar ello con el estudio de las diversas leyes y normas legales – dentro de los sectores involucrados – que están permitiendo el crecimiento de la pobreza, para su modificatoria y/o derogatoria, esto es impostergable.

3. Reforestación de las praderas altoandinas.- Es lamentable lo que viene sucediendo en nuestras praderas altoandinas, se están produciendo cambios irreversibles como la erosión de los suelos, la deforestación y la desertificación, además de una deficiente utilización del agua. También debemos de mencionar el uso irracional de los recursos existentes, lo cual está haciendo desaparecer especies de flora propicias para la crianza de nuestros camélidos, en las regiones de mayor pobreza. Por lo tanto es necesario que el Estado y las instituciones responsables inicien un programa agresivo de reforestación de las praderas altoandinas y se prohíba el uso indiscriminado de los arbustos existentes en dichas regiones; diversas empresas de panificación, de saunas, piscinas temperadas, hoteles utilizan dichas especies arbustivas para abaratar sus costos, obtener mayores ganancias, perjudicando a las poblaciones altoandinas.

Para tener una idea de lo que viene sucediendo en los altos andes es necesario mencionar lo encontrado por Maletta, H., 1990; este investigador considera que las praderas altoandinas tendrían una soportabilidad promedio entre 1.5 a 2.0 borregas o alpacas para el año 1972. Para tener una idea cabal sobre la soportabilidad de las pasturas vamos a mencionar a Brack, A. 1979 que en 65,500 ha. menciona una población de 23,776 vicuñas (0.36 vicuña por ha.), esto debido a que la especie se sentía protegida alrededor de la Reserva Nacional de Pampa Galeras. Sahley, Catherine, 2004; considera 0.04 vicuña por ha., aún considerando que se han tomado praderas sumamente degradadas y que existen errores de cálculo, esto es algo sumamente grave. De estos dos últimos estudios – realizados con el recurso vicuña – se puede afirmar que las praderas altoandinas se están deteriorando muy aceleradamente; para que ello se revierta y para mejorar nuestras poblaciones de camélidos domésticos y silvestres, se necesita que los técnicos de las instituciones públicas y privadas realicen un trabajo más serio respecto a la soportabilidad de las praderas altoandinas y den las soluciones más convenientes.

4. Organización de los productores.- Es necesario que las comunidades campesinas establezcan granjas comunales utilizando los valores dejados en el tiempo del incanato con sus tres principios fundamentales “ama sua” – no seas ladrón, “ama llulla” – no seas mentiroso y “ama quella” – no seas ocioso; las actividades de las aldeas y poblados en la época incaica se han desarrollado en forma de pre-cooperativas. Es necesario – por lo tanto – implementar el sistema cooperativo para lo cual – el legislativo – debe implementar una nueva ley que no permita la corrupción que destruyó muchas cooperativas en los años 90. Por lo tanto es el momento de iniciar las granjas comunales con modelos que las fortalezcan, para lo cual será necesario la organización y capacitación como inicio de actividades entre los pequeños productores, que bien diseñadas deben dar lugar al desarrollo social y económico de los poblados rurales.

5. Capacitación de los productores.- Es indudable que un programa de organización campesina tiene la necesidad de incluir la capacitación organizada de las comunidades campesinas. Por lo tanto el MINAG en su reestructuración, debe dar lugar a dos grandes líneas de trabajadores: en extensión agrícola y extensión pecuaria. Estos deben formar equipos plurales que deben trabajar en forma conjunta: agrónomos, zootecnistas y médicos veterinarios – preparados convenientemente – para el trabajo directo con los productores, a fin de mejorar la producción y productividad de los cultivos y crianzas. Aquí valdría recordar al ministro de Agricultura que ya en los años 60 – las autoridades de entonces pusieron en funcionamiento a través del Servicio de Investigación y Promoción Agraria (SIPA) – oficina pública descentralizada del MINAG – un servicio de extensión agropecuaria que fue introduciéndose entre pequeños y medianos productores, haciendo incluyente a las comunidades campesinas y nativas. En esos momentos se ensayaron formas efectivas y muy eficientes de llegar a los agricultores, promoviendo la solución de los problemas que se planteaban a través de la introducción de paquetes tecnológicos dentro del manejo agropecuario. Entre las formas de llegar a los pequeños y medianos productores y comunidades campesinas; debemos mencionar la apertura en la comunicación mediante charlas y el diálogo para la implementación de los trabajos dirigidos, la demostración de resultados, la formación de clubes agrícolas juveniles, la formación de asociaciones de productores, los días de campo, la participación en las ferias regionales y/o exposiciones ganaderas, la implementación de proyectos productivos y otras actividades que permitían y promovían la competitividad entre los productores. Luego con la implementación de la reforma agraria y cambios políticos entre los años 70 hasta hoy no se ha vuelto a reconstruir el andamiaje que mejores resultados dieron y que indudablemente con el avance del tiempo y las mejoras tecnológicas, se hubiera tenido una gran base para asegurar la seguridad alimentaria en nuestro país.

6. Programas y/o proyectos con objetivos de desarrollo.- Al reorganizar y capacitar a los productores agropecuarios, tendríamos organizaciones con amplia capacidad para generar los ingresos necesarios para seguir avanzando en el desarrollo agropecuario y los pequeños y medianos productores serían responsables en la implementación de programas y/o proyectos con objetivos de desarrollo, también serían pasibles de obtener crédito.

La manera de sacar de la pobreza a este sector muy desfavorecido de productores es asumiendo – el Estado – un rol promotor, apoyando técnica y financieramente la implementación de una industria textil altoandina, dándole los equipos necesarios para producir telas y confecciones con la fibra de la alpaca, la llama y la vicuña, no existe otro camino. El dejar que los productores sigan siendo “explotados” por dos o tres empresas textiles, no permitirá la erradicación de la pobreza en las regiones altoandinas.

7. Banco social.- Es necesario que el Estado fortalezca el Agrobanco o de lugar a la creación de un banco social productivo, que sea apoyado por los extensionistas del MINAG, los cuales al capacitar a los productores, deben ser los directamente responsables en otorgar los créditos supervisados a los productores para proyectos productivos. Los profesionales extensionistas deben estar preparados para afrontar todos los aspectos referidos a la organización y capacitación de los productores, administrar el uso de los fondos, para luego rendir cuenta del trabajo que están realizando. Por lo tanto existe la necesidad de cambios reales en el MINAG y otros sectores que deben trabajar con los hombres del campo – el Ministerio de la Mujer y el Desarrollo Social (MIMDES) que deben reestructurar sus programas sociales, el Ministerio de la Producción, el Fondo Nacional de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES), el Instituto Nacional para el Desarrollo (INADE) y otros – que deben apoyar los cambios que necesitan las regiones alejadas y olvidadas.

Es de esperarse que ahora que asume un nuevo primer ministro, se investigue a fondo lo que ha venido sucediendo dentro del MINAG y sus OPD’s, la labor desarrollada por dichas instituciones ha profundizado la pobreza en las regiones andinas.

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