Por Julio Godoy
BERLIN, 29 jul (IPS) - Doce compañías alemanas se aliaron con el fin de implementar el ambicioso plan de cubrir, para 2020, al menos 15 por ciento de la demanda de electricidad de Europa con plantas termosolares instaladas en África septentrional.
Entre esas empresas, firmantes de la Iniciativa Industrial Desertec, figuran las mayores firmas alemanas en varios rubros: el bancario --Deutsche Bank--, los seguros --Muenchener Rueca--, la electricidad --E.on y RWE-- y el gigante de la electrónica Siemens.
Entre ellas planifican invertir unos 400.000 millones de euros (el equivalente a 560.000 millones de dólares) en instalaciones y en la modificación de la matriz energética europea, de modo de permitir la llegada de electricidad a través del mar Mediterráneo.
Las centrales termosolares también suministrarían electricidad a África septentrional. El plan responde a estudios realizados por el Club de Roma, una organización independiente dedicada al fomento al desarrollo, y el estatal Centro Aeroespacial Alemán.
En la promoción e implementación del proyecto ha jugadp un rol fundamental la Fundación Desertec, integrada por personalidades de Europa, el Maghreb y Medio Oriente dedicada a desarrollar mecanismos sustentables de producción y suministro de energía para esas regiones.
"Queremos lanzar una sociedad de riesgo compartido y tender planes concretos para Desertec en los próximos dos o tres años", dijo a IPS el director de Muenchener Rueck, Torsten Jeworreck.
"La energía solar limpia es el futuro de Siemens", dijo el gerente general de la compañía, Peter Loescher, el mes pasado en conferencia de prensa. "Nuestra empresa, y toda la economía, será más verde luego" de que concluya la actual crisis económica.
Siemens "participará activamente" en la Iniciativa Industrial Desertec, agregó.
"Las catástrofes ambientales causadas por el cambio climático constituyen, en el largo plazo, un problema mayor que la actual crisis financiera", sostuvo Jeworrek. "Nuestras estadísticas sobre seguros de las últimas décadas dicen que las catástrofes crecen de tres a cuatro por ciento cada año."
Según estimaciones de expertos alemanes en energía, la electricidad producida en África septentrional podría costar unos 0,06 euros por kilowatio-hora (kWh). En otras fuentes, el costo actual oscila entre 0,025 y 0,05 euros.
"Prácticamente todos los expertos coinciden en que el precio de la electricidad aumentará en los próximos años", dijo a IPS Bernd Schuessler, de la revista alemana Photon, especializada en energía.
El Centro Aeroespacial Alemán y el Club de Roma calcularon que una inversión de 400.000 millones de euros en los programas de Desertec puede lograr la instalación de una capacidad de producción eléctrica de 100 gigawatios para 2050.
Esta relación entre costos y beneficios es sumamente ventajosa en relación, por ejemplo, con la de Olkiluoto 3, una central nuclear en construcción en Finlandia, que costará 5.000 millones de euros y tendrá una capacidad de generación de 1,6 gigawatios.
El costo no incluye el costo del manejo de los residuos radiactivos ni del manejo de otras dificultades técnicas propias de los reactores nucleares.
El costo estimado de las centrales termosolares en el Maghreb incluye el tendido subterráneo de cables de alto rendimiento a través del mar mediterráneo. "En distancias de unos 500 o 600 kilómetros, los cables sólo cuestan entre 10 y 20 por ciento más que el tendido aéreo y no emiten radiación electromagnética", según el Centro Aeroespacial.
Expertos y activistas ambientalistas aplaudieron la iniciativa Desertec. "El proyecto es una de las respuestas más inteligentes a los problemas ambientales y económicos de nuestro tiempo", dijo a IPS Andree Boehling, experto en energía de Greenpeace Internacional.
"Al parecer, una parte importante del empresariado alemán se dio cuenta de que es hora de ampliar el uso de las fuentes renovables de energía y de decir adiós a los combustibles fósiles y a las centrales nucleares", agregó.
Según el ministro de Ambiente de Alemania, Signar Gabriel, dijo que el proyecto es "una idea excelente, tanto por sus implicancias en la política energética europea como en su carácter de programa de desarrollo para África septentrional".
Las centrales termosolares, en uso comercial desde 1985, usan espejos y lentes de aumento para concentrar la energía solar de modo de elevar la temperatura de agua en recipientes y producir electricidad con el paso del vapor resultante a través de turbinas.
El "calor residual" del proceso de producción de electricidad "puede utilizarse para desalinizar el agua marina", indicó el Club de Roma en un informe. "Si se recauda más energía de origen solar de la que se consume de día, el excedente puede almacenarse en baterías y utilizarse durante la noche."
"Las turbinas también funcionan con gas natural, por lo cual pueden brindar electricidad sin interrupciones en periodos en que el clima no es propicio" para producir con la luz solar, agrega el estudio del Club de Roma.
El proyecto beneficiará a las dos regiones, dijo a IPS Franz Trieb, del Centro Aeroespacial. "No será una nueva colonización energética del mundo árabe", sostuvo. "Por el contrario, ayudará a los estados de África septentrional y Medio Oriente a cubrir su creciente demanda de energía con recursos renovables y propios."
El proyecto de Desertec no es inmune a las críticas. El legislador socialdemócrata alemán Hermann Scheer, también presidente del Consejo Mundial para las Energías Renovables, lo consideró "otro superfluo generador gigante".
Scheer prefiere apoyar la instalación de plantas solares y eólicas de pequeño porte.
"El factor decisivo en la ecuación económica de las fuentes renovables de energía no es la razón entre electricidad producida e intensidad de la fuente, sino entre la producción y la inversión", opinó el legislador y activista.
Una simple operación aritmética indica, según Scheer, que "una red descentralizada de pequeños generadores solares y eólicos es más eficiente que proyectos de mayores dimensiones, dado el menor costo del transporte de la electricidad" a través del cableado.
Los ya numerosos generadores solares de electricidad ya instalados en Alemania "pueden competir con la energía solar del desierto del Sahara", aseguró. "En este país estamos a punto de abatir aun más los costos a través de la instalación de paneles solares en techos y fachadas de edificios", añadió.
Desde otro punto de vista, el proyecto Desertec es "excesivamente caro", según Lars Josefsson, gerente general de Vatenfall, una de las principales compañías de energía de Europa, y asesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la canciller (jefa de gobierno) alemana Angela Merkel.
Los costos del transporte de la energía del Maghreb a Europa a través del mar Mediterráneo "serían muy elevados", dijo Josefsson a la prensa. Para mí, el proyecto no es factible", concluyó. (FIN/2009)
viernes, 21 de agosto de 2009
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