Por Sanjay Suri
LONDRES, 30 jun (IPS) - Los líderes del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos deberán analizar, en su próxima reunión de principios de julio, la crisis causada por la caída de las inversiones mundiales en la agricultura, señaló la organización Oxfam.
Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo sufren hambre, y los precios de los alimentos han comenzado a aumentar otra vez, amenazando a muchos pobres, alerta Oxfam en su informe.
"Las inversiones globales totales, en asistencia bilateral y multilateral, han caído 75 por ciento desde los años 80", explicó a IPS Emily Alpert, autora del informe en una entrevista desde Hong Kong.
La subfinanciación a lo largo de las décadas ha incrementado la vulnerabilidad de muchos a los sacudones climáticos y del mercado, dijo Alpert, e instó a actuar de inmediato. "Las inversiones en agricultura traen pocas ganancias (en el corto plazo). Sus recompensas pueden tardar mucho tiempo. Las inversiones de hoy no traerán los resultados deseados de inmediato", reconoció.
El informe titulado "Invertir en granjeros pobres sí recompensa: repensando la inversión en la agricultura", divulgado este martes, señala que dos tercios de los pobres rurales del mundo se han visto afectados por los escasos recursos volcados al sector.
Oxfam llamó a los líderes del G-8, conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, a aumentar la asistencia agrícola a por lo menos los niveles de 1980, de unos 20.000 millones de dólares al año, contra los actuales 5.000 millones anuales.
"Las inversiones nacionales siguieron la tendencia (a la baja), excepto en países ricos y en un puñado de naciones en desarrollo como China, India y Brasil", dijo Albert a IPS.
Entre los ricos, el informe señala que, solo en 2007, las inversiones agrícolas de la Unión Europea fueron de 130.000 millones de dólares, y las de Estados Unidos sumaron 41.000 millones de dólares.
Se necesita "un sustancial incremento en las inversiones agrícolas, en comparación con las actuales inversiones en los países ricos o los billones de dólares gastados mundialmente este año para el rescate financiero", señaló Alpert en una declaración.
"Fortalecer los sectores agrícolas de los países en desarrollo es una parte fundamental de una solución a largo plazo para las crisis alimentaria, financiera y climática del mundo", sostuvo.
El informe de Oxfam insta a donantes, gobiernos nacionales e inversores privados a volcar más fondos y más sabiamente en la agricultura del Sur, dirigiéndolos a las personas, particularmente a las mujeres, para estimular y apoyar el capital social y del conocimiento, y con el fin de que adopten métodos de cultivo ambientalmente sostenibles.
"Las mujeres son fundamentales para la seguridad alimentaria", sostuvo Alpert. "Invertir equitativamente en las necesidades de las mujeres y construir su capacidad para involucrarse productivamente en la agricultura debe estar al frente de cualquier solución para mejorar el crecimiento agrícola y reducir la pobreza".
Oxfam señaló que el financiamiento de los donantes debe ser predecible, transparente y unido, y que la ayuda se tiene que adecuar a las condiciones específicas de los lugares, permitiendo la participación de los sectores involucrados y atendiendo sus demandas.
Especial atención se le debe dar a agricultores y ganaderos en tierras marginadas, quienes por lo general trabajan en ambientes difíciles y aislados con acceso inadecuado a los mercados, a los servicios, a créditos e insumos, indica el informe.
"Esos agricultores y ganaderos llevan la carga de conservar la biodiversidad de cultivos y de administrar algunos de los suelos más frágiles del mundo, y pueden ser aliados clave en la lucha contra el cambio climático", añade.
Alpert señaló que, a pesar de las percibidas bajas ganancias de invertir en áreas marginadas, el principal beneficio es reducir la pobreza. "Un sector agrícola actúa como multiplicador en las economías locales, permitiendo finalmente que haya más altos salarios y vibrantes mercados rurales, donde los agricultores y trabajadores gastan sus ganancias".
"Ya estamos viendo el impacto en los pobres del aumento de precios de los alimentos, lo cual en parte se debe a la falta de inversiones en la agricultura. Cuanto más incrementas la productividad, más alimento habrá para las personas, que gastan entre 50 y 80 por ciento de sus ingresos en comida", dijo Alpert a IPS.(FIN/2009)
viernes, 3 de julio de 2009
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