Por Shari Nijman
NUEVA YORK, 15 may (IPS) - Aunque el virus de la gripe porcina no parece tan devastador hoy como al inicio de la epidemia, activistas por la salud y el ambiente lo consideran un toque de alerta sobre las condiciones en que se produce gran parte del alimento que ingiere la población.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 7.520 casos de infección humana con el virus A/H1N1 en 34 países. La fuente exacta del brote sigue siendo incierta.
Pero uno de los primeros casos --el de un niño de cinco años-- se diagnosticó en la empobrecida comunidad de La Gloria, en el sudoriental estado mexicano de Veracruz, a 10 kilómetros de uno de los mayores criaderos de cerdos del mundo.
Parte de este establecimiento de explotación intensiva de animales es propiedad del gigante procesador de productos porcinos Smithfield Foods, de Estados Unidos.
Los investigadores de Smithfields Foods "no han hallado ninguna señal clínica o síntoma de la presencia de influenza norteamericana en el rebaño porcino o en los empleados de nuestros emprendimientos conjuntos en México", aseguró la empresa en su sitio web.
Pero Patty Lovera, directora adjunta de la organización estadounidense de defensa de los consumidores Food and Water Watch, dijo a IPS que no se sorprendería que el virus se hubiera originado en las hacinadas instalaciones de La Gloria.
"Las condiciones en esas granjas industriales son muy buenas para que se desarrollen virus", dijo Lovera. "Son, definitivamente, el lugar que debe estudiarse."
El contagio de virus peligrosos de animales a humanos no es un fenómeno reciente. Algunos de los virus más devastadores de la historia surgieron de esas fuentes.
La peste bubónica, transmitida por ratas, mató en la Edad Media a millones de europeos. Muchos científicos creen que el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, pasó de primates africanos a humanos.
La mayoría de los virus tienen una especie huésped que no padece los efectos de la enfermedad pero actúa como vector, propagándolo a otros animales. Los virus pueden vivir mucho tiempo dentro de esos huéspedes.
Pero cuando un virus muta y desarrolla la capacidad de "saltar especies", el nuevo huésped no tiene los anticuerpos necesarios para defenderse. Por eso, un ser humano puede sufrir una grave enfermedad por un virus de gripe normalmente portado por cerdos, por ejemplo.
"Un virus puede mutar cada vez que ingresa en un nuevo huésped", explicó a IPS Michael Greger, director de salud pública y agricultura animal en The Humane Society of the United States.
"En granjas con una pequeña cantidad de animales, el virus puede infectar solamente a 50 cerdos. Por lo tanto, tiene apenas 50 oportunidades de mutar", añadió.
"Pero en una granja industrial, con unos 5.000 cerdos, el virus puede tener más de 5.000 oportunidades de contagio, aumentando las posibilidades de una mutación rara, que incluso pueda infectar a humanos", agregó.
La transmisión viral de animales a humanos sigue siendo un riesgo en casi todas las sociedades.
Tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas humanas emergentes son transmitidas de ese modo, según una investigación de la francesa Universidad de Lyon publicada en enero.
El aumento y desarrollo constante de las granjas industriales (también llamadas "fábricas de animales") en Estados Unidos y Europa oriental han mantenido artificialmente bajo el precio de los productos porcinos, pues la demanda continúa creciendo.
En Estados Unidos, algunos de esos establecimientos pueden alojar a hasta un millón de cerdos en sitios tan pequeños que incluso les resulta imposible moverse.
Wouter Uwland, propietario de una granja en Holanda que tiene menos de 2.000 cerdos, comparó esos enormes recintos con los campamentos de refugiados.
Cuando muchos humanos o animales viven hacinados en un área pequeña, es probable que surjan enfermedades.
"En compañías más grandes, uno siempre debería considerar la idea de que un brote infeccioso es más probable que en una pequeña", planteó a IPS.
El ambiente tenso en que viven los animales los vuelven más susceptibles a infecciones y enfermedades. "Igual que los humanos, los animales tienen más probabilidades de enfermarse cuando están estresados", explicó Greger.
La influenza A/H1N1 domina las noticias desde hace últimas semanas, pero el riesgo de contraer el virus es realmente el menor de los problemas para las comunidades humanas situadas cerca de granjas industriales, según Food and Water Watch.
El mayor problema, según dijo Lovera a IPS, es que los cerdos expulsan aproximadamente tres veces más excrementos que los humanos. Las fábricas de animales que alojan a un millón de cerdos en simultáneo producen lo mismo que una ciudad de tres millones de habitantes.
Las normas y regulaciones para la eliminación de residuos animales son diferentes en todo el mundo. En Europa, los desechos deben recogerse en contenedores de hormigón, antes de usarse como fertilizantes.
En Estados Unidos, donde se encuentran las granjas más grandes, los desechos animales son bombeados a las llamadas "lagunas". Se trata de enormes lagos donde los excrementos pueden mantenerse durante aproximadamente un año.
Solamente una capa de arcilla en el fondo impide que los fluidos penetren el suelo e impregnen el agua subterránea.
Según Greger, estas lagunas atraen a las moscas, que pueden contraer un virus y portarlo a muchos kilómetros de distancia. "Estudios en Asia mostraron que la influenza aviar (virus H5N1) a veces se transmitió de granja en granja por moscas que contraían el virus y luego eran ingeridas por aves", explicó.
A través de los desechos, la gran cantidad de antibióticos preventivos que reciben los animales también se abren paso en el suelo y, en última instancia, en las aguas subterráneas.
La presencia de estos fármacos e inmuniza a los consumidores de agua a los antibióticos que puedan verse obligados a tomar en el futuro.
Uwland no avizora una solución fácil a los problemas que originan las granjas industriales.
En teoría, la agropecuaria orgánica "puede producir la misma cantidad de cerdo. Pero en la práctica, simplemente no hay suficiente superficie para alimentar a todos estos animales", señaló.
Además, la agropecuaria orgánica ni siquiera genera dos tercios de las ganancias que facturan las granjas industriales.
Especialmente en Estados Unidos, donde la tecnología genética se usa para aumentar el rendimiento de cultivos y rebaños, la diferencia entre los métodos de producción orgánica y los industriales es demasiada, sostuvo. (FIN/2009)
martes, 19 de mayo de 2009
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